jueves, 29 de diciembre de 2016

Cuando al arte se le va el baifo






Esto que usted ve en la fotografía no es lo que usted cree. A lo mejor piensa que es un observatorio hawaiano, o un garaje interestelar, o que a alguien se le rompió un molinillo de café de los de antes. Si usted tiene esas visiones es porque no tiene maldita sensibilidad artística.

Esa insensibilidad se le quitaría si usted fuese político. Entonces comprendería que esa obra, que van a instalar en el Parque Natural de Jandía, es: Un complemento para el sol y la playa; un referente turístico de primer orden; un actractivo importantísimo; una singularidad arquitectónica, artística, escultórica, turística y ambiental; una obra que pretende auspiciar un enclave propicio para el enaltecimiento de la canariedad.

Si usted no se dedica a la política profesional, no podrá ver todo eso porque no tiene acceso al restringido mercado de las modernas drogas visionarias. Las pastillas son administradas cuando alguien lleva un par de legislaturas con poltrona. Parece ser que entonces ya su cuerpo y su mente se han adaptado y soportan cualquier exceso. Y, como ya está preparado, empieza a ver beneficios invisibles, se flipa con la modernidad, los macroproyectos le excitan y pega usted a decir tonterías.

También puede ser que usted no necesite esas drogas porque ya nació con ese punto ultrasensorial que lo capacita para flipar impunemente y que encima tenga grupos de adeptos que le rían las gracias. Le pasó a Chillida con Tindaya y ahora le pasa a Pepe Dámaso con el Mirador de Los Canarios.

Eso que ven en la fotografía es una gran caracola. Por dentro tendrá restaurantes, sala de exposiciones, paneles interpretativos de la naturaleza y tiendas. En fin, otro centro de consumo. Cuesta (de salida) dos millones y medio de euros. Pero no se preocupe porque es dinero público y a usted no le costará nada.

La caracola la construirán en un espacio protegido, lindando con yacimientos arqueológicos, en un lugar en el que usted ahora puede ir y verá gratis la belleza de Cofete. Por favor, no lo haga. Espere a que el genio nos inspire con su especial percepción y le cobre. Ni punto de comparación.

A Pepe Dámaso lo subieron unos políticos hace unos años al mirador y encontró allí arriba una caracola. Uno de esos políticos, Blas Acosta, ya quiso hace unos años construir un aeropuerto en el sur de la isla. Pero, a pesar de tener el título de piloto, no le salió bien la jugada. Todavía era un simple concejal de Pájara y sus visiones eran leves, casi transitorias. Ahora el hombre está crecido y ya ve sobres volando, turistas que se multiplican hasta el infinito, hoteles y hamacas que le hablan al oído.

Si usted hubiese subido sin compañía política y sin sensibilidad artística a ese mirador y hubiese encontrado la caracola, mucho nos tememos que no le hubiese sacado partido. Lo mismo la acariciaba, le intentaba sacar sonido, le pegaba la oreja para escuchar el mar escondido o se hubiese preguntado qué carajo hacía una caracola en aquella degollada. Pero la encontró un artista y al lado tenía a un político. En el fondo debemos estar agradecidos porque no se encontró una colilla, ni una lata de mirinda, ni un condón usado. ¿Se lo imaginan?


viernes, 23 de diciembre de 2016

¿Cómo lo hemos permitido?



Aquí tenemos al bueno de César Manrique denunciando, imaginamos que con su vehemencia habitual, un atentado al paisaje de Lanzarote. Cuando poca gente percibía lo que se avecinaba César señalaba, indignado, los desastres medioambientales. La foto tiene una purriada de años; más de cuarenta. Parece que el dedo del artista apuntaba a unas torres de alta tensión, aunque realmente apuntaba a una clase política rendida a los pies de sus amos. Pero sus ojos nos miran a nosotros. Mano y ojos van en diferente dirección y, sin embargo, preguntan lo mismo: ¿Cómo permitimos que esto ocurra?

Varias décadas después los mismos actores políticos cometen el mismo atentado al paisaje de Fuerteventura. Red Eléctrica de España está destrozando la isla en toda su extensión. Hace cinco años este blog denunciaba la salvajada que se iba a cometer (Fuerteventura: Reserva de Red Eléctrica); hace ocho meses insistíamos (Fuerteventura...¿Te queremos bonita?). Durante ese prolongado tiempo un grupo reducido de personas ha hecho todo lo humanamente posible por impedir el atentado. Como sospechábamos desde el principio, la mafia de Red Eléctrica Española había encontrado estrecha colaboración en el Cabildo de Fuerteventura y en el Gobierno de Canarias. El Cabildo se quejó con la boca chica y no se opuso con la firmeza que se precisaba para defender a Fuerteventura; el Gobierno declaró de interés general para Canarias la instalación de más de 300 torretas de 50 metros de altura en esta isla.



Esta es la cruda realidad. Es posible que en las últimas semanas a usted le hayan llegado noticias de las quejas del Cabildo de Fuerteventura ante esta barbaridad. Es solo un reflejo demagógico de última hora ante la evidencia constatable de la instalación de las torretas: donde usted antes admiraba belleza ahora observa vergüenza de 132 kilovoltios. Así que han activado a su gabinete de prensa para difundir la mentira de su oposición a un proyecto aprobado por CC y el PSOE. Y es posible que todavía haya algún incauto que los crea, o algún estómago agradecido deudor, o algún totorota que sigue creyendo que los ecologistas esos están siempre en contra del progreso. Pero ahora, que hemos pasado del dibujo futurista a la dura realidad, es muy difícil que cualquier persona con dos dedos de frente los crea. Si usted lo hace, sea bienvenido al mundo de los singuangos.



Desde la Luz de Mafasca, Fuerteventura no había sido sobrecogida por un misterio similar: nadie quería las trescientas torretas pero, de repente, van brotando, en una lucha desigual, contra el horizonte majorero. Y todos los indicios apuntan a que la culpa es de Gran Canaria o de Tenerife, ya saben, esas perversas islas cuyo único objetivo de su existencia es joder a las demás. No se rían. Ese es el argumento que acabamos de leer en el último (y lamentable) artículo escrito por el anterior presidente del Cabildo, Mario Cabrera o, en su defecto, por su fiel escudero. En el artículo, titulado Canarias desmontable, Mario Cabrera escribe lo siguiente: ¿Saben ustedes que Red Eléctrica está sembrando Fuerteventura de grandes torres eléctricas en contra de la opinión de todas las instituciones majoreras? ¿En Gran Canaria sí se asume la decisión de las instituciones sobre la regasificadora, pero los majoreros tenemos que convivir con las grandes eléctricas campando a sus anchas por tableros y gavias?”

Hay que tener los amperios muy grandes y bien puestos para escribir semejante y bochornoso infundio. Este hombre o piensa que todos somos tontos o es un inepto.Tampoco debemos descartar ambas ideas: que a su ineptitud se le sume la creencia (tras tantos años de halagos ejercidos por sus rastreras camarillas) de que puede insultar impunemente a la inteligencia colectiva. Porque, a ver si nos entendemos: un alcalde de un pequeño municipio (ahora presidente del Cabildo de Gran Canaria), perteneciente a un pequeño partido municipal, se planta ante el Gobierno de Canarias y logra que en su municipio no se instale una regasificadora; en cambio Mario Cabrera (que según él se oponía a la instalación del nuevo tendido), siendo presidente del Cabildo durante dos legislaturas y perteneciendo al mismo partido que gobierna Canarias desde hace lustros no logra paralizar un proyecto innecesario y nefasto para Fuerteventura. A eso, en mi pueblo, se le llama ser un machango, un flojo, un vendido; en fin, lo que viene siendo un inepto en su acepción más precisa.



El caso es que, lloradas insularistas y complejos de inferioridad aparte, las trescientas torretas, con su precioso cableado, ya está aquí. Como denunciamos en los anteriores artículos esto se lo debemos a los amos (el poder económico) y a sus lacayos (el poder político). Pero antes de que se instalaran las torres una parte importante de la ciudadanía podía mirar hacia otro lado; ahora es imposible porque, mires donde mires, verás el imponente exceso de esa basura metálica. Y lo más doloroso es, quizás, que la pregunta de César Manrique sigue vigente y sin respuesta cuarenta años después: ¿Cómo hemos permitido que esto ocurra?

domingo, 18 de diciembre de 2016

Enchufes de luxe en el Cabildo de Fuerteventura

(Berriel y su dedo amenazante. Imagen obtenida de diario.es)

A continuación subimos a este blog el artículo de Andrés Briansó (Consejero de Podemos en la oposición del Cabildo de Fuerteventura) sobre la maniobra orquestada para enchufar, con el más alto rango y salario, a tres personajes con dudosa ética y mínimos escrúpulos.

Los tres mosqueteros, como los designa Briansó, son: Domingo Berriel Martínez, cuyo abundante currículo de actuaciones en contra del bien común ya ha sido tratado en este blog; Eduardo Pereira, gerente (por designación política) del Parque Tecnológico, ex director del aeropuerto y segundo sueldo más elevado del Cabildo; y Manuel Hernández Cerezo, un enchufado del PSOE al que se le creó una plaza a medida para que pueda ejercer como interventor accidental del Consorcio de Aguas.
Esta es la historia del penúltimo intento de reírse en la cara de la ciudadanía y, encima, pagarlo con nuestro dinero.


Enchufes de luxe en el Cabildo de Fuerteventura.

La redacción del Reglamento orgánico del Cabildo de Fuerteventura, cuya aprobación inicial fue acordada en el pleno del pasado 9 de mayo con el apoyo de los grupos de Gobierno, Nueva Canarias y el PP Majorero, es uno de los amaños más vergonzosos que ha padecido esta institución insular en los últimos años. Básicamente se han hecho un traje a medida, decidiendo un cambio normativo que posibilita crear puestos de trabajo diseñados para ellos. Ellos han sido los sastres, pero la tela la pagamos entre todas.
 Nada es lo que parece y nada es casualidad. Esta es la sucesión de hechos: el primer borrador de reglamento orgánico le fue encomendado al secretario general de la Corporación insular, que lo redactó en comunicación con los demás secretarios de los cabildos insulares. Sin embargo, ese borrador fue desechado por el presidente, sin que hasta la fecha nos hayan explicado los motivos.
Posteriormente, se crea una comisión (no consta nombramiento), a la que se le encomienda la redacción de un nuevo borrador de reglamento orgánico, integrada por: Domingo Berriel, actual gerente del Consorcio de Abastecimientos de Aguas; Eduardo Pereira González, actual gerente de la sociedad Parque Tecnológico de Fuerteventura, S.A. y Manuel Hernández Cerezo, interventor accidental del Consorcio de abastecimiento de aguas.
Surgen demasiadas preguntas, desde qué experiencia y conocimiento tienen estas personas en materia de Administración Local para acometer la redacción de un reglamento orgánico a cuál es el título jurídico –la cobertura legal- que las vincula con el Cabildo y les permite redactar el documento. Por ejemplo: ¿Berriel y Hernández fueron autorizados por el Consorcio de Aguas para destinar parte de su jornada laboral a este cometido?  ó ¿la sociedad del Parque tecnológico autorizó a Pereira?
Hay que tener en cuenta que Cabildo, Consorcio y Parque Tecnológico son personas jurídicas independientes, de modo que no es admisible que el personal de estos entes trabaje indistintamente para cualquiera de ellos aunque el Cabildo sea “el padre y la madre” de los otros dos.
Es posible que digan que el trabajo lo hicieron en su tiempo libre, por las tardes. Sin embargo, eso podría suponer el ejercicio de una actividad mercantil o profesional para la que se requiere disponer de la compatibilidad necesaria y no nos consta que el Consorcio y el Parque Tecnológico la hayan concedido.
Parece claro que el papel de Manuel Hernández en esta comisión es meramente simbólico; se limita a ser la persona de confianza de Blas Acosta, participando los otros dos miembros de forma más activa, desconocemos si han recibido emolumentos por esta labor, pero lo que sí es seguro es que el gran beneficio se ha traducido en forma de sillón en el propio Cabildo.
Veamos un poco la trayectoria de los candidatos al enchufe de luxe hasta llegar a este punto.
Una vez que Domingo Berriel cesó como consejero del gobierno de Canarias volvió a ocupar su antiguo puesto de gerente del Consorcio. Sin embargo, su vuelta no se produjo en las mismas condiciones que cuando lo dejó: se le incrementaron considerablemente sus retribuciones (tema bajo investigación por la propia Dirección Insular del Gobierno) y, además, no tiene su oficina en la sede del Consorcio sino en la sede del Parque tecnológico supuestamente realizando un trabajo de planificación insular.
En cuanto a Eduardo Pereira su gestión como gerente del Parque Tecnológico parece que se ha limitado a dirigir los contratos de las obras de urbanización del parque tecnológico y de construcción del edificio que alberga la sede del mismo. No obstante, contó para esa labor con una empresa especializada en asistencia técnica en esa materia por lo que su gestión fue bastante limitada. El problema de Pereira es que debe resolver su excedencia en Aena. Su vuelta a Aena significaría dejar la isla y debido a su integración en la misma esto sería un problema.
Respecto a Manuel Hernández Cerezo, no se le conoce trabajo lejos de polémicos nombramientos a dedo, como personal de confianza en el propio Cabildo, o como interventor accidental del Consorcio de abastecimiento de aguas en una plaza sorprendentemente modificada a su medida exigiendo licenciatura en Derecho en contra de la habitual y más coherente en Económicas.
Por otro lado, tenemos al presidente del Cabildo y su consejero de economía que tienen dificultades para gestionar la corporación insular; les resulta muy grande en comparación con el ayuntamiento de Puerto. Carecen de habilidades sociales para relacionarse con los empleados del Cabildo, no tienen empatía y, además, no confían en la gestión de las unidades administrativas de la corporación insular. En resumen, que no hay “feeling” y necesitan recurrir a personas ajenas a la corporación para que le ayuden a resolver sus problemas de gestión.
Es aquí donde entran en juego D. Domingo y D. Eduardo. Ellos asumen la redacción del reglamento orgánico pero a cambio de resolver su situación personal. Para lograr ese objetivo introducen disposiciones en el reglamento que van a facilitar su encaje en la estructura administrativa del Cabildo como funcionarios de carrera. 
Una primera opción era designar a estas tres personas directores insulares. Opción que contempla tanto el vigente reglamento orgánico como el futuro reglamento. Sin embargo, tal opción no prosperó. Desconocemos las razones.
La nueva propuesta es, si cabe, más atractiva para estos interesados. No ocuparán un cargo de designación política, lo cual da un elevado grado de provisionalidad a su desempeño; entran como funcionarios y ese riesgo desaparece. El único riesgo es que una nueva corporación los cese en su puesto pero seguirán siendo funcionarios del Cabildo.
La cuestión, por tanto, es como dar forma, a su entrada en el Cabildo. No pueden entrar para ocupar cualquier puesto y tener el mismo nivel o, incluso inferior al de otros empleados. Ellos no vienen para recibir órdenes sino para darlas. No vienen a trabajar sino para que otros trabajen para ellos.
Por lo tanto, el primer paso es cambiar, vía reglamento orgánico, la estructura de la RPT (relación de puestos de trabajo del Cabildo);  el siguiente paso es modificar las condiciones de acceso a los puestos de jefatura de las diferentes unidades (sean servicios o secciones). El reglamento establece en su artículo 64 que se realizará por concurso y podrán participar, aquí está la clave, funcionarios de otras Administraciones. Con ello se consigue abrir la puerta para que entren los tres mosqueteros. Entran por la vía del concurso sin necesidad de realizar oposición alguna.
Además, introducen otras medidas que son especialmente gravosas y discriminatorias para los empleados de esta corporación: no podrán acceder a las jefaturas los titulados A2. Una medida clasista y de muy difícil justificación.
Aunque esas personas aún no forman parte de la estructura administrativa del Cabildo ya actúan como si lo fueran. Se les han hecho algunos encargos ya, y ellos mismos han realizado llamadas a empleados del Cabildo recabando información lo que está generando gran desconcierto pues se trata de una situación completamente anormal y que se aparta del funcionamiento riguroso que debe seguir la Administración Pública.
No es la primera vez que en el Cabildo de Fuerteventura quien redacta la norma diseña un puesto a su propia medida, pero esta vez al menos los majoreros tienen a tres infiltrados de  morado que denuncian e intentarán impedir esta felonía.

sábado, 22 de octubre de 2016

La libertad de expresión, según el PP


Enorme ha sido la solidaridad mostrada desde el poder a Felipe González y al presidente del grupo PRISA, Juan Luis Cebrián, ante el boicot que sufrieron en la Universidad Autónoma de Madrid. Enternecen especialmente las muestras de condolencias manifestadas por el Partido Popular. La libertad de expresión, dicen, es un derecho democrático insoslayable que no debe ser puesto en duda, la palabra no puede ser cercenada, el debate nunca puede negarse. Y se los oye citar al pobre Voltaire, que no dijo la mitad de las citas que se le atribuyen, incluida esta: Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo. Pero queda bien citarlo porque la frase es contundente, casi incuestionable y además Voltaire era francés, ilustrado y murió hace tantos años que no puede defenderse siquiera de que lo cite el PP.

Pero a pesar de que el PP sufra ocasionalmente estos impulsos democráticos, el subconsciente les vuelve a poner los pies, inmóviles y unidireccionales, en la tierra donde la libertad de expresión tiene límites. Y los límites los ponen ellos. Y el PP de Fuerteventura, ilustrado sea, ha puesto el grito en el cielo porque el Cabildo insular patrocina una charla de Juan Manuel Olarieta Alberdi, un abogado que viene a hablar, qué cosas, sobre el marxismo en la actualidad. Se apresuraron a buscar en las redes (o se lo hicieron llegar desde los servicios policiales con los que están tan conectados) el currículo delictivo del conferenciante.

Pero antes aclaremos que el patrocinio del Cabildo se limita a la edición de unas decenas de carteles anunciadores de la conferencia. Los gastos del traslado, manutención y alojamiento los financia la Asociación Acción Social Obrera conformada por un grupo de entusiastas que han contribuido a que en Fuerteventura podamos escuchar a una amplia y diversa representación de voces críticas de Canarias y allende mares.

Del sesgado currículo que el PP ha incluido en su quejumbrosa nota de prensa para censurar que el Cabildo contribuya con tamaño dispendio a que Olarieta pueda estar en Fuerteventura se advierten dos enormes pecados: Olarieta ha sido detenido varias veces y ha sido abogado defensor habitual en varios procesos que afectaban a miembros de los Grapo. Desconocía que tales circunstancias te inhabilitaran para ejercer como conferenciante, sobre todo, miren ustedes las ideas que uno tiene, porque uno ha terminado por creerse que todas las personas tienen derecho a la tutela judicial efectiva, seas de los Grapo o te llames José Manuel Soria, Luis Bárcenas o Águeda Montelongo.

Precisamente tal derecho es al que se acogió la presidenta del PP de Fuerteventura para defenderse en el denominado caso patronato en el que, recordemos, los residentes de esta isla le pagamos las vacaciones a varios cargos del PP nacional a través de facturas falsas coladas por el Patronato de Turismo. No tuvo a bien entonces el PP majorero criticar que el Cabildo sufragara con nuestro dinero las cuchipandas de altos cargos de su partido. Pero Olarieta viene a hablar sobre el marxismo y no de fiesta y, por lo tanto, a la mierda la libertad de expresión. Y por cierto, en el comunicado del PP censurando que el Cabildo patrocine la charla, se les olvidó mencionar que las detenciones sufridas por Olarieta no han conllevado ninguna condena judicial. Un pequeño detalle sin importancia.

No comparto algunas de las tesis de lo (poco) que he leído de Olarieta. Y mi postureo intelectual no llega al grado de citar la no cita de Voltaire, básicamente porque, como buen cobarde, nunca defenderé hasta la muerte ni ideas, ni banderas, ni patrias. Pero hay que ser extremadamente cínico e hipócrita para defender la libertad de expresión del Señor X y del presidente de un grupo mediático que elogia los golpes de Estado en Latinomérica, y negársela a alguien que ha decidido caminar con sus ideas por los incómodos bordes del sistema.

jueves, 28 de julio de 2016

¡Quememos El Jueves!


Unamuno escribió: Enjalbegada tumba es Betancuria. Eso es una metáfora. Betancuria no es una tumba, es un pueblo. En Betancuria viven personas y a las que mueren las entierran en el cementerio. Pero, ya ven, la literatura utiliza trucos lingüísticos para expresarse.

La Luz de Mafasca es una leyenda, contada y escuchada de mil formas diferentes a lo largo de la historia. Una versión asegura que a quien no creyera en ella u osase burlarse de su existencia le sobrevendrán grandes males, incluso la muerte. Desconozco si mi cólico nefrítico tiene que ver con mi descreimiento pero sigo pensando que es una leyenda. Y una leyenda no es la realidad.

Los carnavales son unas fiestas especiales en Canarias, también en Fuerteventura. La esencia de esa fiesta es el humor. A las murgas se les permite cualquier exceso verbal. En algunas ocasiones las críticas alcanzan, gracias al sarcasmo, un nivel mordaz para caricaturizar determinadas situaciones de lo cotidiano. En otras ocasiones los insultos son poco velados. A lo mejor van dirigidos al alcalde o a los concejales que asisten dignamente a los concursos de murgas en primera fila. Y ahí aguantan el aluvión de críticas, como campeones, con sus sonrisas artificiales, porque los murgueros son votantes, el público es votante y porque es carnaval.

El Jueves es una revista de humor. No es el National Geographic. Es una revista de humor que utiliza la caricatura y la sátira para expresarse. Puede que sus ocurrencias le hagan reír o no pero cualquier persona con dos dedos de frente sabe que no trata de describir la realidad sino que la ironiza e hiperboliza.

En un número reciente El Jueves caricaturizó en una de sus páginas algunos aspectos del presente de Fuerteventura, más bien del norte de la isla. Y se entiende perfectamente que haya gente que no le encuentre el humor incluso que consideren que maldita la gracia. De la misma manera que hay gente que se troncha con En Clave de Ja, un vodevil canario pagado con dinero público, a otras personas les causa vergüenza y hasta tristeza.

Pero que el Cabildo de Fuerteventura, a través de algunos de sus representantes, haya elevado una protesta institucional por la página de El Jueves convierte a esa institución en una caricatura de sí misma, en un organismo censurador que hace el ridículo enviando su indignación a la prensa.

Fíjense ustedes que a algunas personas -raritas que somos- lo que nos indigna es la realidad y no la ficción. Esperando estamos que el Cabildo emita un comunicado rotundo porque en Fuerteventura más de un 30% de la población está desempleada; porque el hospital lleva quince años en obras, porque la directora de enfermería (¡y 23 supervisores!) presentaron la dimisión por las injerencias políticas en su labor y porque nos hemos quedado sin servicio de oncología por la dimisión de su único especialista; porque todavía núcleos urbanos y turísticos como El Castillo, con casi 6000 habitantes, siguen sin tener un colegio; porque en cientos de hogares de Fuerteventura no entra un euro; o porque más de 30 millones de metros cuadrados de esta isla (la Isla tranquila dicen los eslóganes propagandísticos) están destinados al entrenamiento de jóvenes para ir a las guerras.

Miren que hay asuntos por los que indignarse. Pero son demasiado reales como para que el nivel intelectual de los firmantes del manifiesto de desagravio a El Jueves los entiendan. Solo esperamos de ellos que no terminen por impugnar las metáforas, a las murgas o la Luz de Mafasca por la mala fama que nos dan. Que aquí, por si no lo saben, todo está perfecto.

Nota dirigida a los censores del Cabildo (por si acaso): Superman no existe, Batman y Spiderman tampoco, y lo de los Reyes Magos hay quien lo cuestiona.



domingo, 12 de junio de 2016

Brad Pitt quiere fabricar en Fuerteventura


De nuestro corresponsal en Wonderland. Según ha trascendido Brad Pitt quiere hacerse una casa en Fuerteventura. Al menos eso es lo que se desprende de unas declaraciones del actor para un tabloide británico en las que se mostraba encantado del trato dispensado por las autoridades insulares en su reciente visita a nuestra isla para participar en el rodaje de la película Allied. El actor agradeció públicamente al presidente del Cabildo -Marcial Morales- y al vicepresidente Blas Acosta, que le hayan dejado documentación sobre las facilidades que las instituciones otorgan para poder construir en la isla. Brad Pitt está barajando la posibilidad ofrecida por el gerente del Patronato de Turismo, quien también asistió al rodaje de la película en Fuerteventura, de que la casa pueda ser compartida bajo el sistema de Time Sharing con otro afamado actor. Si bien el nombre no ha transcendido todo parece indicar que se trata de Jorge Javier Vázquez, quien recientemente visitó la isla con su prestigioso espectáculo Iba en serio en ese empeño del Cabildo de aumentar el nivel cultural insular. Brad Pitt señaló que se lo está pensando.

Posible confusión

No obstante, y en espera de poder confirmarlo fidedignamente, es probable que las expectativas de Brad Pitt hayan sido generadas por una lamentable confusión. Como recordarán, hace escasos días el presidente del Cabildo de Fuerteventura declaró que el actor ya tenía situada la isla en su mapa gracias al proyecto del escultor vasco Eduardo Chillida (DEP) para la montaña de Tindaya. En sus declaraciones Marcial Morales apuntó que el actor “se llevó una amplia documentación de todo lo que tiene que ver con el Monumento a la Tolerancia de Chillida en Tindaya”. Sin embargo, la enorme carga de trabajo que ocupa al presidente y su afán por llevar en sus manos cualquier asunto relacionado con la isla pudo jugarle una mala pasada. Según una fuente, que prefiere quedar en el anonimato, el presidente tuvo un desafortunado desliz al entregarle al actor un dossier equivocado. El error parece haber sido generado por una nimiedad: con las prisas cogió el dossier de su archivo con la letra CH, sin reparar que no hacía referencia a Chillida sino a Chanchullos.

Según otra fuente anónima (perteneciente al círculo doméstico de la familia Pitt – Jolie) la amplia documentación facilitada por Marcial Morales contiene informes variados a los que este corresponsal no ha podido acceder pero a los que damos visos de veracidad dados los datos que nos aporta telefónicamente. Uno de esos informes parece ser que es el expediente desaparecido de los archivos del Ayuntamiento de Puerto del Rosario, mientras Marcial Morales ejercía como alcalde, sobre la construcción de la casa en el pueblo de La Matilla del anterior presidente del Cabildo y máximo defensor de la obra de Chillida, Mario Cabrera. Como recordarán esta construcción fue objeto de un expediente administrativo por no contar con licencia municipal. La polémica aumentó hace unos meses cuando se supo que el expediente había sido sustraído del Ayuntamiento estando en estos momento abierta una investigación judicial por tan turbio asunto.

Otro de los informes, según la información anónima, hace referencia al centro comercial Las Rotondas. Este centro comercial cuenta con orden de demolición judicial ya que el PGU del municipio solo permitía la construcción de 14.700 metros cuadrados cuando en realidad fueron construidos 47.423. La sentencia que obliga al consistorio a demoler los 33.000 metros cuadrados ilegales todavía no ha sido ejecutada. El ahora presidente del Cabildo firmó un ilegal convenio urbanístico en su etapa como alcalde intentando dilatar la ejecución de la sentencia y salvar así los intereses empresariales de los infractores.

No se fía

Hay muchos más informes en la documentación equivocada que el presidente del Cabildo entregó a Brad Pitt. Pero bastan estos dos ejemplos para comprender el inusitado interés del actor por hacerse una casa en Fuerteventura donde las autoridades se muestran solícitas y partícipes para que las personas influyentes como el actor puedan fabricar sin temor a que la ausencia de permisos, los excesos urbanísticos u otras ilegalidades sean obstáculos para su ejecución. No obstante, y dado que a Brad Pitt personas desconocidas le han hecho llegar informaciones veraces sobre la obra de Chillida, el actor ha manifestado que en caso de decidirse a hacer su casa en Fuerteventura piensa tomarse un año sabático para estar en nuestra isla a pie de obra. El actor, si bien no duda que las autoridades no le pondrán trabas legales para su construcción, no se fía del todo: “Me he enterado de que con la obra de Chillida se han gastado 30 millones de euros y no se ha movido una piedra. Tengo una buena posición económica pero son muchas las bocas que alimentar, así que estaré vigilante porque no quiero que a mí me pase lo mismo”, apostilló.

Por último, el actor, siempre sensible con las causas sociales, se interesó por el ingenioso método majorero según el cual se ampara a las personas más desfavorecidas políticamente enchufándolas en las instituciones. Marcial Morales y Blas Acosta, que tienen un máster en estas prácticas, no le ahorraron detalles a la estrella del cine de tal manera que está pensando aumentar su familia no con nuevas adopciones tradicionales sino con personal de confianza estilo majorero.
Seguiremos informando.

jueves, 9 de junio de 2016

Definición de totorota



Hay hechos que desvelan la ignorancia, actos que dejan a sus actores desnudos, solo arropados por su desvergüenza. En estas situaciones la clase política suele salir mal parada porque el conocimiento (y el fundamento) es inversamente proporcional a los sueldos que ganan. Cuanto más grande es su ignorancia mayores son sus posibilidades de ascender en un ecosistema donde lo importante no es la preparación ni la cultura sino la debida obediencia al jefe de la manada. En este escenario político plagado de gente incapaz y analfabetos funcionales el Cabildo de Fuerteventura hace méritos constantes para obtener el doctorado en incultura, especialidad en ineptitud.

Debe de ser el primer caso en la historia -desde que la Unesco en 1972 creó la categoría- que una institución rechaza que un espacio del territorio que gestiona sea declarado como Patrimonio de la Humanidad. Mientras ciudades y países luchan enconadamente por entrar en la selecta lista de lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad, en Fuerteventura CC, PSOE y PP han votado en contra de la propuesta de Podemos de incluir la montaña de Tindaya en el listado porque consideran que la disparatada idea de un artista muerto supera a la UNESCO, a la humanidad y a las federaciones intergalácticas.

Se da la circunstancia, para mayor oprobio nuestro, que semejantes iletrados votaron a favor recientemente para que una singular cueva de Gran Canaria (Risco Caído) sea designada como Patrimonio de la Humanidad. Estos bárbaros, que tienen incorporados en sus discursos políticos el maltrato sistemático de las islas centrales hacia Fuerteventura, utilizan la institución insular para promover los valores patrimoniales grancanarios porque, según sus livianas entendederas, el patrimonio majorero solo podrá adquirir dimensión internacional cuando un artista vasco pueda cumplir su megalómano sueño desde el más allá.

Pero, por si faltaba algún conejo para enriscar la perra, el presidente del Cabildo ha intentado contarrestar la trascendencia mediática que ha tenido la vergonzosa decisión con un argumento científicamente irrebatible: Brad Pitt, en su reciente visita a Fuerteventura, le confesó que ya tenía situada la isla en su mapa (the Pitt's map) gracias a la obra de Chillida. Desconocemos el nivel de dominio del inglés americano de Marcial Morales pero sabiendo de su capacidad para mentirnos (antes de ser presidente prometió hacer una consulta popular sobre Tindaya) lo mismo el bueno de Brad lo que le preguntó fue sobre el cultivo de la cochinilla. Pensándolo con calma, lo mejor que han podido hacer estos totorotas es votar en contra de que Tindaya sea Patrimonio de la Humanidad: en la UNESCO podrían flipar con nosotros.

jueves, 12 de mayo de 2016

¡Gracias, Flaco!



Ahora que los futbolistas venden calzoncillos, presumen de Ferraris, defraudan a Hacienda, cubren sus cuerpos de tatuajes, se casan con modelos, se ponen auriculares para no escuchar a la afición y utilizan las redes sociales para hacer lo que no saben, el último amante de la pelota decide despedirse de los campos de fútbol, que en realidad fueron nuestros parques, nuestras playas, nuestras calles y los solares donde dos piedras eran una portería y el dueño del balón (de reglamento) era el capitán de uno.

El fútbol, ese enorme negocio que un día fue un deporte y mucho antes un juego, pierde a alguien que disfrutaba pasándole el balón a otros para que también se divirtieran. Valerón se desprendía en cada pase de lo que más quería y nunca le importó. Hacía magia filtrando pases que solo él veía y cuando los defensores se querían dar cuenta, la pelota había llegado -dulce, precisa y agradecida- al hueco o al pie de un compañero que, a menudo, tampoco se la esperaba.

Alguien con tanta calidad para hacer malabarismos nunca buscó el lucimiento sino la solución. Nunca hizo un regate innecesario y, sobre todo, nunca engañó al público buscando, con un caño o un taconazo, su admiración. Y, sin embargo, nunca hubo atisbo de falsa modestia en sus actos futbolísticos, simplemente disfrutaba haciendo lo imposible: pasar desapercibido en el espectáculo más mediático y comercial del planeta.

Para eso hace falta una humildad a prueba de portadas y titulares. Después de tantos años haciendo de la pelota su compañera y devolviendo felicidad a quienes habían pagado entradas para verle, Juan Carlos Valerón volvió a fichar con la Unión Deportiva hace tres años. La expectación y el cariño de la afición, que esperaba a su hijo pródigo, se desbordó. El día antes de su presentación hubo una rueda de prensa. Y el Flaco, tímido y risueño, dijo con su voz aflautada: En un principio la presentación iba a ser en otro lugar; cuando ya me dijeron que iba a ser aquí (en el estadio) y que tenía que salir afuera, dije ¡Madre mía! Y ayer me puse a practicar un poco con el balón porque pensé... ¡A ver si se me va a caer y la voy a liar!  Lo dijo risueño pero lo dijo en serio. Y nos podemos imaginar a este hombre, cuya calidad había sentado en los banquillos a virtuosos brasileños como  Palhinha o Djaminha, agobiado ante las expectativas, dando toques al balón en el patio de su casa.

En veinte años de fútbol profesional, Valerón nunca fue expulsado de un terreno de juego. En el año 2012, jugando con el Depor en segunda, su compañero, el argentino Colotto, le hizo una falta a un contrario. El árbitro estaba algo lejos y cuando se aproximó le enseñó la tarjeta amarilla a Valerón, quien, seguramente, se había acercado por allí para interesarse por el contrario. ¡Era su primera tarjeta amarilla después de siete años y ni siquiera había cometido la falta! El bueno de Valerón se acercó al árbitro, le puso un brazo amable en el hombro y le dijo: Disculpa, pero creo que te has equivocado.

Se va Juan Carlos Valerón; se va un jugador desgarbado que seguramente hubiese sido rechazado por los ojeadores del fútbol autómata de este siglo y por los buscadores de fisonomías y competitividad que frustran tantos sueños porque intuyen que el niño no da el perfil para patrocinar una colonia. Se va un jugador que cuando metía un gol no gritaba ni gesticulaba, sino que abría los brazos buscando a sus compañeros para agradecerles que estuvieran allí. Se va quizás el último superviviente de un hermoso juego que ya solo lo podemos encontrar en los patios de los colegios. ¡Gracias Flaco

martes, 26 de abril de 2016

Incorruptible



El presidente de Canarias, derroche de intelecto, nos ha sorprendido con una sentencia filosófica, mitad aforismo, mitad metáfora de nuestro tiempo.

Dijo Fernando Clavijo, que así se llama la criatura, lo siguiente: Las personas que no se presentan a las elecciones son más propensas a la corrupción. Lo dijo como si fuera un médico que, con un cigarro en la mano, le dice al paciente que no fuma que tenga cuidado, porque no fumar lo hace más propenso a enfermar de bronquitis.

Pensemos lo que ha dicho el hombre. Usted un buen día se levanta y, como nunca se ha presentado a las elecciones, le empieza a entrar un cosquilleo, un no sé qué inexplicable que le convierte en una persona sospechosa, susceptible de ser corrupta. Le pone el desayuno a sus hijos y los engaña con el azúcar, con la mantequilla, con las tostadas; de cada producto se queda un porcentaje y lo va metiendo en la lata b de las galletas María hasta que pueda utilizar lo acaparado sin que nadie lo detecte.

Se va al trabajo o la oficina del paro. Intenta engañar al conductor de la guagua o soborna al gasolinero o chantajea al policía que le quiere multar. Roba el periódico en el estanco y le cuela un billete falso al ciego que le vende la lotería.

Así va estar usted todo el día, desde que se levanta hasta que se acuesta. Un sin vivir. Su vida es un engaño continuo por no haberse vacunado contra la corrupción poniendo su jeta en un cartel electoral. Hasta que no se presente a unas elecciones usted piensa en b, o en negro, o en diferido.

Los partidos saben que usted es sospechoso, saben que es un corrupto potencial, que está programado genéticamente para ser corrompido. Y hacen todo lo que pueden por reeducarlo socialmente. Le ofrecen un cargo de confianza, le proponen contratar a su hermana o a su sobrino en el ayuntamiento, le aseguran que el material de oficina lo comprarán en la librería de su cuñado y las farolas en la empresa de su padre. Le proponen recalificarle ese terrenito que estaba protegido y le ofrecen unas vacaciones pagadas en un hotel de lujo para aislarlo de los comunes y corruptos mortales. Le arreglan la acera de su calle, le asfaltan la calle donde vive, le alquilan un local de su propiedad como almacén municipal, le otorgan una subvención diseñada para usted. Le abren una cuenta en Suiza, le montan una empresa opaca en Panamá y le ofrecen un listado de testaferros dignos de toda confianza.

Si usted pasa todas esas pruebas con solvencia ya está listo para blindarse contra la corrupción. Usted ya ha sido reeducado, usted ya puede ir en una lista electoral, usted ya es insobornable. Usted ya está domesticado para ayudar a otros ciudadanos que, como usted antes de presentarse a las elecciones, iban de por libre creyendo que los políticos profesionales como Clavijo tienen todas las papeletas para ser unos corruptos y que, además, les falta un hervor.

sábado, 23 de abril de 2016

Chillida ¡ñoos! II


El prometido proyecto de Chillida tiene un récord mundial: es la (presunta) obra de arte más cara del mundo. Sin haberse movido una sola piedra, sin iniciarse el proyecto, ha costado cerca de 30 millones de euros. De dinero público, del dinero de los habitantes de este archipiélago.

Empecemos por aclarar que en el año 2008 Domingo Berriel, entonces consejero de Medio Ambiente y Política Territorial, admitió en sede parlamentaria que se habían gastado 25'7 millones de euros. Desde entonces las instituciones canarias (Gobierno y Cabildo) han seguido sepultando dinero público en el agujero de Chillida. Estos son los principales hitos del robo del siglo.

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En diciembre de 1995 se reúnen en Santa Brígida siete altos cargos del Gobierno de Canarias. La reunión durará dos horas. En esas dos horas llegaron al acuerdo de entregarle 1.150 millones de pesetas a las dos empresas – Canterías Arucas y Cabo Verde- que explotaban las canteras de Tindaya. A la primera empresa se le pagó 150 millones y a la segunda 900. Ese dinero se pagó para rescatar las concesiones mineras y así poder hacer la obra de Chillida.

El procedimiento normal cuando se quiere hacer una obra pública es acudir a la expropiación. No fue el caso y se llegó a este disparatado acuerdo para favorecer a las empresas. Según los cálculos del PSOE (entonces en la oposición) si se hubiese acudido a la expropiación el precio a pagar no hubiese superado los 20 millones de pesetas.

Dos meses antes el banco Central Hispano había encargado a una agencia de detectives un informe sobre la empresa Cabo Verde. El informe emitido constata que la empresa (propiedad de Bittini, amigo de Olarte) tenía 12 embargos y 5 hipotecas. La suma de lo que debía Cabo Verde era de 900 millones de pesetas y estaba al borde de su disolución. La empresa de Bittini fue saneada con el dinero de los canarios gracias a esta increíble maniobra. Tres majoreros participaron de aquella reunión: Miguel Cabrera Cabrera (viceconsejero de Cultura); Domingo Berriel Martínez (viceconsejero de Industria) y Eugenio Cabrera Montelongo (viceconsejero de Medio Ambiente).

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Casi un año después el Gobierno de Canarias vuelve a destinar dinero público al agujero de Tindaya. Esta vez fueron 1.960 millones de pesetas para realizar estudios de viabilidad e implantación de la obra de Chillida. Los 1.960 millones se esfumaron en un entramado societario en el que participaba Cabo Verde, FCC y NECSO Entrecanales. No se realizó ningún estudio. Años más tarde el Gobierno de Canarias recurrió a los tribunales buscando el dinero. La justicia dictaminó que el propio Gobierno había participado y fiscalizado el proceso y que, prácticamente, se estaba demandando a si mismo. No se recuperó ni una peseta. Es lo que se conoce como el caso Tindaya.

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Año 2005. El Gobierno encarga sondeos geotécnicos a Estudios Guadiana. Recordemos que esta empresa es propiedad de Lorenzo Fernández Ordóñez, ingeniero amigo de los Chillida. No se hace concurso público y se le encarga a dedo a Estudios Guadiana contraviniendo los procedimientos administrativos prescriptivos. Estudios Guadiana es la empresa que va a dirigir el agujero de Chillida. Obviamente los resultados fueron los esperados porque, como es normal, Estudios Guadiana no iba a emitir un informe en contra de los intereses de Estudios Guadiana. Se libraron dos partidas de dinero público para pagarles : una de 1'5 millones de euros y otra de 1'9 millones.

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Si suman los anteriores capítulos verán que dan un resultado de 22'1 millones de euros. El resto, hasta llegar a los más que probables 30 millones de euros, nos fueron robados de las formas más singulares: procedimientos judiciales (casi todos perdidos por el Gobierno de Canarias); una maqueta del agujero de Chillida que costó una millonada; participación en exposiciones diversas (ARCO, FITUR, etc); realización de un documental divulgativo de las excelencias del proyecto; se llegó a pagar el pasaje, hospedaje y manutención a decenas de periodistas de los principales periódicos españoles y europeos para que divulgaran el proyecto; arreglo de la Casa Alta de Tindaya para convertirla en centro de interpretación del agujero y, en fin, una cantidad imposible de cuantificar de viajes (y comilonas) de aquí para allá y de allá para aquí de los Chillida, Mario Cabrera y Paulino Rivero para formar la Fundación pública que le entrega nuestro patrimonio a la empresa de los Chillida, Zabalaga Leku.

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De un tiempo a esta parte el discurso oficial ha cambiado. El mantra que repiten como loros los representantes institucionales es el que asegura que no se va a gastar ni un euro público más en el proyecto. Mienten. Al mismo tiempo que dicen eso el Cabildo de Fuerteventura acaba de destinar 60 mil euros a la fundación que le han montado a los Chillida. Claro que, viniendo de las cantidades que venían robando, a estos ladrones de guante blanco 60 mil euros no les debe parecer dinero. Pero que le pregunten al 30% de personas desempleadas de la isla o a las miles que viven en ella sin recibir ninguna prestación.

Pero siguen mintiendo. Si se quiere seguir adelante con el disparate de profanar Tindaya deben acudir a las expropiaciones. La Montaña sigue siendo privada y para poder agujerearla deben gastarse otra millonada de dinero público. Las expropiaciones costarán, como mínimo, otro millón de euros más de nuestro dinero.

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El mantra dice: La obra se sacará a concurso público. La empresa que lo gane pondrá su capital para vaciar la Montaña y se le otorgará una concesión para que explote comercialmente el pretendido monumento y así recupere el dinero.

Los ladrones de guante blanco creen que de esta manera arreglan algo. Pero que alguien nos diga dónde está entonces el beneficio para Fuerteventura y Canarias. Es el negocio perfecto: se le entrega nuestro patrimonio a una empresa privada para que se lucre con él. Los socialistas y los nacionalistas canarios ni se han enterado que hay una crisis, que las fórmulas con las que han gestionado el dinero público solo ha deparado corrupción generalizada, beneficios privados, recortes públicos y un territorio plagado de obras fastuosas e innecesarias. Tindaya es el mejor de los ejemplos de su miopía política y de su déficit ético.  

lunes, 4 de abril de 2016

Fuerteventura...¿te queremos bonita?

Torretas de 52 metros de altura.


Durante estos últimos días la prensa ha ido publicando el listado de personas afectadas por la nueva Línea de Alta Tensión en Fuerteventura en uno de sus tramos. Se trata de una línea que prácticamente cuadriplicará la capacidad de transporte de energía eléctrica en esta isla (se pasa de un circuito simple de 66 Kv a uno doble de 132 Kv). Para instalar la línea completa se necesitarán alrededor de trescientas torretas de aproximadamente cincuenta metros de altura sembradas por el interior de la isla, desde Corralejo hasta Matas Blancas. Estas infraestructuras, innecesarias para la población de Fuerteventura, serán instaladas por el monopolio semipúblico Red Eléctrica Española (REE) y cuenta con el apoyo incondicional del Gobierno de Canarias y el Cabildo majorero.

Los amos

Para ejecutar este disparate que afectará irremisiblemente a una parte importante del paisaje de Fuerteventura, la REE actúa como un grupo de presión que utiliza tácticas de amedrentamiento. Desde que la población afectada por el nuevo tendido comenzó a presentar resistencia (presentación de cientos de alegaciones, recogida de miles de firmas, ruedas de prensa), la empresa envía personajes a Fuerteventura que parecen salidos de Los Soprano: localizan a personas con terrenos donde van a ser instaladas las megatorres y les ofrecen dinero. Esta maniobra se ejecuta individualmente, evitando que las personas afectadas puedan ponerse de acuerdo en defensa de sus intereses. Las cifras que ofrecen son ridículas pero juegan con la necesidad económica, en algún caso imperiosa, de la población. En todos los casos de los que tenemos constancia el discurso de los hombres de negro enviados por REE es el mismo: si no aceptan este dinero (es decir, un acuerdo entre partes) se acudirá a la expropiación y cobrarán mucho menos.

Sea por dignidad, sea porque todavía hay gente que ama su tierra, sea porque tienen que ponerse de acuerdo muchos familiares, la mayoría de los afectados ha declinado aceptar el chantaje. Es la razón por la que se han empezado a publicar la lista de personas afectadas para proceder al levantamiento de actas, paso previo a la expropiación de sus terrenos.

Los lacayos

El poder de REE, como podrán imaginar, es inmenso. Tanto que pone de rodillas a cualquier gobierno autonómico que se le cruce por el camino. Es el caso de Canarias, donde el PSOE y CC obedecen ciegamente a la empresa y le facilitan el negocio. Hace apenas dos semanas el Gobierno de Canarias declaró de interés estratégico para Canarias tal salvajada. Esta declaración le permite a la empresa y a la administración reducir a la mitad de tiempo (y de garantías) los trámites para sacar adelante el proyecto. Lo del interés estratégico tiene su propio interés: favorecer a las empresas actuantes por encima de leyes, territorio y personas. Sirva como ejemplo que en el mismo saco de barbaridades fue aprobado otro proyecto imprescindible para Fuerteventura y sus habitantes: la ampliación del Parque Zoológico Oasis Park de La Lajita.

Lo del Cabildo es para echarle de comer aparte. Utilizan la táctica del desquicio. Desde hace tres años se han celebrado reuniones entre representantes de los afectados directos (aunque en este caso toda Fuerteventura está afectada) y representantes del Cabildo, a quienes se les han entregado las miles de firmas en contra del tendido. La respuesta: buenas palabras y punto. Pero, todo hay que decirlo, con estilo. Si uno no está metido de lleno en esta lucha y se guía por los titulares de prensa (la mayoría emitidos por el gabinete de prensa del Cabildo) podría sacar la conclusión de que esa santa institución vela por los intereses de la isla y que se opone a las pretensiones de la REE. Pero a lo más que han llegado es a pedir, con la boca chica, que una parte del trazado sea soterrado. No es oficial, pero como si lo fuese: la compañía le ha contestado a Marcial Morales que si quiere soterramiento...que lo pague el Cabildo.

Mientras tanto, en sus últimas declaraciones, Marcial Morales -que le dice que sí a Dios y al diablo con la misma rotundidad- ha manifestado de magnífica noticia que prosigan adelante los planes de REE.

¿Para qué hace falta?

Lo curioso es que no se sabe para qué es necesaria una nueva y descomunal línea de alta tensión. Red Eléctrica, el Gobierno y el Cabildo no han podido -o no han querido- dar una explicación coherente. Empezaron por justificar el nuevo tendido explicando que la actual línea de 66 Kv (recientemente renovada) no aguantaría un aumento del consumo. Pero los datos son incuestionables y el consumo eléctrico ha descendido de manera continuada durante los últimos ocho años en Fuerteventura. Se ha pasado entonces a otro espurio argumento. Lo explica el presidente del Cabildo: “La línea de 132 kilovoltios permitirá una mejor penetración desde cualquier punto a cualquier punto de las energías renovables que van a ser la apuesta de Fuerteventura para los próximos años”. Pero los datos vuelven a ser incuestionables. Por un lado, la actual línea puede soportar hasta el doble de energía de la que actualmente se genera y se consume en la isla y, por otro lado, ¿de qué apuesta habla el presidente?, ¿dónde está la planificación de nuevos centros de producción de energías limpias, renovables y públicas?

Una vez más todo depende de los intereses de las empresas eléctricas: son ellas las que dictaminan la política energética de Canarias porque ellas son las que obtienen los beneficios. Existe un proyecto muy poco conocido impulsado por el Gobierno de Canarias y el Reino de Marruecos. Se llama Intermacan y, en esencia, se trata de conectar energéticamente Canarias con Marruecos. Es una conexión desigual: En Tarfaya se instalará una enorme central de energías renovables que suministrará (y venderá) la energía a las islas. Si el proyecto cuadra, Fuerteventura se convertirá en una mera autopista eléctrica de conexión entre el continente y Gran Canaria.

Puede que el proyecto quede sólo en proyecto. Pero que las empresas eléctricas y las instituciones canarias tienen una agenda oculta es incuestionable. Tan incuestionable como que Fuerteventura quedará al margen de un nuevo modelo energético, imprescindible si queremos un futuro social y económicamente sostenible. Tan incuestionable como que con la magnífica noticia de que se va a instalar esta nueva línea de alta tensión el negocio irá para otros mientras que las trescientas torretas de cincuenta metros de altura serán para nosotros.

El Cabildo majorero presentó hace poco un Plan de Embellecimiento de la isla. Le han puesto hasta un lema: Fuerteventura, te queremos bonita. En el colmo del cinismo, el Cabildo ha pedido la colaboración ciudadana. Estos, que van a instalar trescientas torres gigantescas en la isla, nos piden un compromiso colectivo para mantener la isla cuidada. ¿Se puede ser más fariseo?



viernes, 11 de marzo de 2016

Chillida Nóos (I)

(Dos virreyes firmando una nueva capitulación)



En febrero de 2009 realizamos varias presentaciones del libro Tindaya: el poder contra el mito en Euskal Herría. Nos sorprendieron tres cosas. En primer lugar el gran conocimiento que tenía una parte de la población sobre un proyecto que se iba a realizar a más de dos mil kilómetros de su territorio. En segundo lugar la actuación de los medios de comunicación tradicionales: fueron a las ruedas de prensa, realizaron entrevistas y las publicaron o emitieron certeramente, sin ningún tipo de censura y sin plegarse a presiones externas. Esto, que no debiera sorprendernos, nos llamó la atención porque sabíamos del funcionamiento de los medios canarios. Un año antes, cuando presentamos el libro en Fuerteventura, el periódico Canarias7 publicó un reportaje muy atinado sobre la defensa de Tindaya como símbolo de nuestra historia y nuestra naturaleza. Alguien, desde el Cabildo de Fuerteventura, ostensiblemente nervioso, llamó a la redacción del periódico. Al día siguiente el mismo periódico publicó dos páginas con opiniones exclusivas de aquellos que quieren destruir la Montaña.

Pero si algo nos llamó la atención en aquella gira por tierras vascas fue una situación que se repitió, invariablemente, en todas y cada una de las seis presentaciones que realizamos. Al iniciarse los debates con el público asistente siempre hubo alguien que, matiz abajo, matiz arriba, realizaba la siguiente intervención: Por lo que hemos entendido detrás de la obra de Tindaya hay mucho dinero. Pues lamentamos decirles que si hay mucho dinero allí estarán los Chillida.

Chillida Leku

En 2011 el museo Chillida Leku, que reunía y exponía una importante parte de la obra del artista Eduardo Chillida, cerró sus puertas. La familia fue incapaz de hacer una gestión eficaz del espacio a pesar de las ingentes cantidades con las que el Gobierno Vasco lo había subvencionado. Se realizaron negociaciones entre el Gobierno y la familia para evitar su cierre. La razón definitiva para que no prosperase el acuerdo fue que el Gobierno Vasco se negó a que, si se subvencionaba o adquiría el museo con dinero público, el control del museo quedara en manos de los Chillida.

En aquel momento, nuestro Lehendakari, Mario Cabrera, que no es de Bilbao pero como si lo fuera, le ofreció ipso facto a la familia Chillida traerse el museo a Fuerteventura. Los Chillida no debieron ver negocio en la propuesta -quizás porque saben que el Cabildo majorero es incapaz de gestionar eficazmente sus propios centros de ocio y museos- y declinaron cortésmente la propuesta de nuestro Lehendakari. Había otros negocios más suculentos.

¿Cesión gratuita?

En enero de 2015 se reúnen, en Madrid, Paulino Rivero, Mario Cabrera (por la parte tonta del encuentro) y dos empresarios (por la parte lista), Gonzalo Calderón representando a Zabalaga Leku (la empresa donde están los ocho hijos de Chillida) y Lorenzo Fernández Ordoñez que representa a su propia empresa, Estudios Guadiana. De esa reunión sale un bochornoso acuerdo: la parte lista del contrato impone sus condiciones y la parte tonta le entrega nuestro patrimonio natural y cultural gratuitamente a la parte lista. A ese acuerdo lo denominaron Cesión gratuita de los derechos de explotación de la obra Montaña de Tindaya. Ya.

En esa reunión se acuerda crear una fundación pública, siempre y cuando consideremos pública como animal de compañía. La reunión para crear la fundación tiene lugar en Hernani (no les fuera a salir un sarpullido si la hacían en Canarias) y en ella los Chillida y Fernández Ordóñez imponen sus condiciones: cualquier decisión importante sobre el proyecto -sobre todo en cuestiones económicas- deberá pasar por la Comisión Artística que emitirá informe vinculante sobre: el presupuesto de la obra, las condiciones del contrato de obra y las de su futura explotación comercial y la dirección de la obra (que queda en manos de Fernández Ordóñez).

La Comisión Artística está formada por seis personas: dos representan al Gobierno de Canarias, una al Cabildo de Fuerteventura y tres a la empresa de los Chillida. Por si les parecía poco: la presidencia de la Comisión Artística corresponde a los Chillida quienes, en caso de empate, tienen el voto de calidad.

Lo que no admitió el Gobierno Vasco, arrodillarse ante una empresa familiar que busca su beneficio económico, lo aceptaron las instituciones canarias. Un nuevo gesto de rendición y un nuevo hito en el vergonzoso camino de sustituir nuestro patrimonio cultural y natural por un parque temático dedicado a la intolerancia y a la especulación.




sábado, 27 de febrero de 2016

Empresarios de todo el mundo ¡explótennos!



Existe una página del Gobierno de Canarias (www.canaryislandshub.com) que es un engodo institucional para que las empresas foráneas se instalen en Canarias como territorio propicio para que hagan sus negocios en el continente africano. La página dibuja un paisaje idílico para el empresariado y se recrea en nuestras maravillosas condiciones y nuestros sublimes indicadores sociales y económicos: desde un clima inigualable hasta una sanidad y una educación que ya la quisieran para sí los nórdicos esos.

Se entretiene la página, cómo no, en las maravillosas ventajas fiscales que ofrece esta sublime tierra, vergel de belleza sin par. Para los empresarios claro, solo faltaba que los y las currantes tuviesen en este Archipiélago un trato ventajoso. Los privilegios son los ya sabidos: si la empresa se instala en la Zona Especial de Canarias sòlo paga un 4% del Impuesto de Sociedades (éxito que se remarca con una llamativa y ufana estrella en la página) y si el pobre empresario todavía no lo ve claro las autoridades gubernamentales le recuerdan que puede acogerse a una exención fiscal del 90% de sus beneficios gracias a la famosa, opaca e inmoral Reserva de Inversiones de Canarias (RIC).

Pero la razón para invertir en Canarias más llamativa, vergonzosa e hiriente es la siguiente: La población canaria tiene unos costes laborales relativamente más competitivos que en el resto del terrirtorio español. El coste laboral medio por trabajador en Canarias durante el tercer trimestre de 2012 ascendió a 2.127,71 € /mes frente a los 2.598,69 € /mes de media del resto del territorio español, situando a Canarias por debajo de la media nacional.

Estos datos fueron luego actualizados y la página muestra orgullosa el siguiente cuadro:




En un reciente debate parlamentario el grupo de Podemos afeó esta obscena propaganda al Gobierno de Canarias. El presidente – tan corto como perezoso- respondió que tal propaganda de la explotación era un ejercicio de transparencia y que sí, que él gobierna para los empresarios porque son los que crean empleo. No se observó, ante tal sentencia, ni un atisbo de incomodidad en su socio de gobierno, el PSOE;, ni una mala cara, ni una matización posterior.


No sabemos si esto es lo que hay o simplemente esto es lo que tenemos: un partido nacionalista deseoso de que el capital foráneo nos colonice como plataforma para colonizar el continente africano y un partido socialista orgulloso de nuestros salarios de miseria. Sea lo que sea, esto no es el mundo al revés. Es el mundo real que nos invita al exilio, aunque sólo sea para perder de vista a estos impresentables que se muestran tan felices por las penas de nuestro pueblo.