Mañana, día 30 de octubre, nuestras gloriosas autoridades tendrán a bien inaugurar un dique en la Avenida Marítima de Puerto Cabras al que denominarán Paseo de Los Demócratas. Se trata de un acto político que intenta esconder la alevosa y cuasi nocturna desaparición del nombre de la Plaza de los Demócratas, que desde 1995 rendía homenaje a los deportados por el Contubernio de Múnich y a todas las personas que habían luchado por la democracia en Canarias y en el Estado español.
La familia Miralles, hijos e hijas del deportado Jaime Miralles, ha declinado la invitación para asistir al acto dado que considera que la mejor manera de homenajear a los deportados sería la de mantener el nombre del espacio público que los partidos CC,PP,AMF y PPF decidieron suprimir.
Aunque La Pejiguera solo ha publicado hasta el momento artículos elaborados por su autor, don Pedro Pablo Miralles -catedrático de Derecho Internacional Privado, e hijo del deportado Jaime Miralles- nos ha solicitado la publicación en nuestro blog del artículo que ahora pueden leer y que, más que buscar la polémica, pretende homenajear a Fuerteventura por el trato hospitalario que siempre le ha brindado a los foráneos -deportados o no- que han hecho de esta isla su residencia temporal o definitiva.
Agradecemos a don Pedro Miralles la mención personal que nos hace (y de la que fuimos incapaces de poder disuadirlo para que la eliminase) y por su confianza en utilizar La Pejiguera como ventana de expresión libre.
La "Plaza de los Demócratas" y Fuerteventura en el corazón
Pedro-Pablo
Miralles Sangro*
Paradoja de
la historia, en tiempos de grave crisis social, política y económica, se cumple
este año el 50 aniversario del Congreso del Movimiento Europeo celebrado en
Munich en 1962, al que asistieron cerca de 120 españoles demócratas del
“interior” y del “exterior” (exiliados republicanos). Allí se acordó que España
no podría ingresar en las Comunidades Europeas, hoy Unión Europea, mientras se
mantuviera la dictadura del general Franco, que negaba las libertades
políticas, los derechos humanos y la democracia. Un número elevado de los
asistentes fue represaliado con la deportación, el exilio y todo tipo de
persecuciones. A Fuerteventura fueron deportados Fernando Álvarez Miranda y,
los hoy fallecidos, Jesús Barros, Joaquín Satrústegui, y Jaime Miralles.
El 22 de
abril de 1995, por acuerdo adoptado por unanimidad del pleno del Ayuntamiento
de Puerto del Rosario, presidido por Eustaquio Santana Gil y siendo Presidente
del Cabildo José Juan Herrera, se inauguró la “Plaza de los Demócratas”, “como
homenaje a todos aquellos demócratas que, en tiempos difíciles de nuestra
Historia difundieron la democracia”, con especial recuerdo a los cuatro
deportados del Congreso de Munich. La citada plaza está situada en espacio
público, contigua a la parte trasera de la parroquia de Nuestra Señora del
Rosario. El Ayuntamiento construyó unos locales anexos de la parroquia, la
pintó, colocó un reloj en su torre, una campana nueva, pavimentó el terreno y
arregló su entorno. Desde entonces, la “Plaza de los Demócratas” es un homenaje
a todos los demócratas majoreros - de Puerto del Rosario al Puerto de la Peña y de Corralejo a Punta
Jandía-, por haberse solidarizado con todos los represaliados que han pasado
por Fuerteventura, en tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, en la II República y
durante la dictadura franquista. Ese homenaje a todos los demócratas de
Fuerteventura lo viene recordando con acierto el movimiento 15-M de la isla.
Todos saben
que Puerto de Cabras, hoy Puerto del Rosario, fue el lugar a donde fueron
deportados en 1924, Miguel de Unamuno y Rodrigo Soriano. Muy pocos saben que en
1932, fueron desterrados en Fuerteventura ocho destacados anarquistas, entre
otros, Ascaso, Durruti, Ordaz y Prieto, que Llegaron a puerto después de una
larga y penosa travesía en las bodegas del “Buenos Aires”. Todavía se sigue
ocultado para la historia que, desde 1954 a 1966, se instaló en el corazón de la
isla el campo de concentración de Tefía, para trabajos forzados de los
castigados por la ley de vagos y maleantes, con especial violencia contra los
homosexuales “para lograr su regeneración”. Baste citar al pintor Octavio
García o a Juanito el Pionero. Son estremecedoras las palabras del escritor
Juan Curbelo, antes de morir, al citado pintor canario: “Octavio, cuenta lo que
hemos pasado para que el mundo se entere”. Y este ha dejado constancia escrita,
entre otros, del siguiente testimonio: “sólo faltaban las cámaras de gas. Era
igual que Auschwitz o Ravensbrück, con calabozos sucios y una bombilla
amarillenta en el techo. Me quedé en 50 kilos, todo el día picando y acarreando
piedras y agua, comiendo batatas y chicharros llenos de gorgojos”.
Ahora, en
tiempos de crisis provocada por poderosos y especuladores, con movilizaciones sociales de gran envergadura
en todo el país contra los recortes, con un aumento paulatino del desempleo, de
forma singular en Canarias, resulta que por las presiones de Miguel Ángel
Lantigua, actual párroco de Nuestra Señora del Rosario, el Ayuntamiento de esta
ciudad, presidido por Marcial Morales, con el apoyo del Partido Popular, el
Partido Progresista Majorero y las Asambleas Municipales de Fuerteventura, y
con el voto en contra del Partido Socialista Obrero Español, ha tenido la
ocurrencia de acordar la desaparición de la “Plaza de los Demócratas”. En
España la Iglesia
Católica sigue mandando mucho y la mayoría de las fuerzas
políticas obedecen ¡Con la iglesia hemos topado, querido Sancho! Después, ante
la situación creada, las autoridades municipales han decido dedicar a los
demócratas un paseo de la ciudad al que ignoro el nombre que le darán y su
ubicación.
Autoridades
de la península e insulares, inaugurarán el mencionado paseo el próximo 30 de
octubre, en sustitución de la “Plaza de los Demócratas”, dedicada, entre otros,
a cuantos majoreros se solidarizaron con los represaliados, sin distinción de
ningún tipo: Carlos Suárez; Manolo González y Hortensia Pérez, farmacéuticos, y
sus hijos; Matías Gonzalez, que después fue Alcalde Puerto del Rosario; la
maravillosa “muchachada”, Nicanor, Siro y Marcelino (“el Meca majorero”) López
Meilán, Pedro Navarro, Domingo Berrias, José González, Juan Antonio Gutiérrez,
José Morera y otros, así como sus respectivas familias; los trabajadores de los
hornos de cal, en particular el conocido como el de los Berrieles y, entre
ellos, Victoriano de Armas Fajardo, Lucas Darias y hoy su nieto Juan Jesús, y
sus familias, Juan Antonio Espinosa; todos los asistentes al tradicional “Mentidero”
del malecón; Juan Caba; familia Castañeyra; los médicos José María Peña y
Arístides Hernández y su mujer, África; Heliodoro Pérez y su mujer; Juan Pedro
de Mínguez; Julio Meléndez; el capitán del “Marte”; Fernando Llamas, capitán
del “La Palma”;
el párroco Juan Marrero; Carlos González; la entrañable familia Gordillo,
Pedro; el tradicional y acogedor hotel de Andrés Valerón, y su hijo, también
Andrés; el sargento de aviación del aeropuerto, tan aficionado a la música;
Ignacio Taboada Martínez de Irujo, comandante de Iberia; el ejemplar maestro Jesús Giráldez, majorero de adopción; bares
populares como “El Tinguaro" y Manuel Zapatero; Octavio García; Juanito el
Pionero; Raimundo Rodríguez: y un número considerable de feligreses de la
parroquia de Nuestra Señora del Rosario, de entonces y de ahora. Mis disculpas
a cuantos no cito por falta de espacio y porque la memoria va fallando.
Que nadie
se lleve a engaño, comparada esta cuestión con las dificultades y problemas
sociales que atraviesan Fuerteventura y Canarias, con la supresión de la “Plaza
de los Demócratas”, además de un disparate político y social de gran calado,
las autoridades han convertido el asunto
en una peculiar maniobra de distracción en su beneficio. Pero la historia es
tenaz y no se puede cambiar. Todos sabemos que hoy, los problemas importantes
de Fuerteventura no son cuestión de
toponimia callejera, de azulejos, de nuevos paseos o de inauguraciones.
Reitero que
el homenaje a los demócratas majoreros y a los que por sus tierras pasaron
desterrados o presos, seguirá estando en la “Plaza de los Demócratas”. Todos
ellos llevaron, llevan y llevarán siempre a Fuerteventura y Puerto del Rosario
en el corazón.
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* Catedrático
de derecho internacional privado., es uno de los hijos del deportado en
Fuerteventura en 1962 D. Jaime Miralles.