Alessandro es
italiano, al menos eso pone su identificación oficial. Porque Alessandro es,
antes que nada, una persona, una buena persona. Jubilado por una enfermedad
crónica, lleva dos años viviendo en Fuerteventura. Y viviendo, en el caso de
Alessandro, significa compartiendo. Podía, el bueno de Alessandro, haberse dedicado a
contemplar la vida desde su retiro, disfrutar del clima que no encuentra en el
norte de Italia, tumbarse en una hamaca y desentenderse del sitio donde vive.
Como hacen otros extranjeros, como hacen muchos españoles, como hacen muchos
canarios. Tumbarse al sol y quedarse quieto como un lagarto. No es una mala
opción: es cómoda, genera pocas frustraciones y permite que nos enteremos de lo
que pasa en nuestra tierra a través de los medios sin necesidad de estar
cogiendo muchos nervios. Pero Alessandro se trajo consigo a Fuerteventura su
conciencia en vez de dejarla esquiando en los Alpes. Y lo mismo está en una
concentración en defensa de Tindaya que luchando contra Repsol; lo mismo apoya
a una persona en huelga de hambre que reivindica la recuperación de 4.200 hectáreas
para Fuerteventura, usurpadas en 1976 para que el ejército español juegue a la
guerra. En fin, Alessandro es muchas cosas, salvo un turista sanitario. Pero al
muy desaprensivo no se le ocurrió otra cosa que nacer en Italia.
Hace un mes este
italiano desinquieto solicitó consulta con su médico de cabecera. Se la dieron
y el día señalado acudió a su centro de salud, preguntó en ventanilla,
comprobaron sus datos y le dijeron: "Los sentimos: está usted fuera del
sistema". Lo mandaron a las oficinas de la Seguridad Social
de Puerto Cabras y allí le dieron, como única información, una fotocopia según
la cual formaba parte de las personas afectadas por el Real Decreto Ley
16/2012, las que ya no tienen derecho a la asistencia sanitaria pública. A
Alessandro le pasa esto por ser italiano, pero le hubiese pasado lo mismo si
hubiese sido colombiano, marroquí, saharaui, alemán o paraguayo. Salvo que
cotices o tengas un trabajo, si eres extranjero ¡estás fuera del sistema!
Alessandro es una
entre las 5.380 personas que, solo en Fuerteventura y según cifras oficiales,
se ha quedado sin cobertura médica desde el 1 de septiembre. Se desconoce el
número total de personas afectadas en Canarias. Un día antes de la aplicación
del Decreto-Ley el portavoz del Gobierno de Canarias manifestó que el Servicio
Canario de Salud "no dejará de atender a nadie que lo necesite y que no
tenga recursos", por lo que seguirá prestando atención sanitaria tanto a
las excepciones que incluye el decreto, como a las personas que cumplan con el
requisito de carecer de recursos económicos y tener la necesidad de ser
atendidas por la sanidad pública. El Gobierno de Canarias no permitirá que
nadie que necesite ser atendido y no tenga recursos económicos no reciba esa
atención". El Ejecutivo canario considera que la salud es "un derecho
fundamental y universal, no como una declaración retórica sino como un factor
básico de cohesión social" (La Provincia , 31 de agosto). Esta sí es una
declaración retórica, básicamente por dos razones. Primero, porque para el
Gobierno de Canarias, por poner un ejemplo, un programa televisivo casposo,
rancio, insufrible, como ¡Viva la fiesta! también es un factor básico de
cohesión social ("La Radio Televisión
Canaria es un elemento fundamental en favor de la cohesión social y
territorial": Paulinorivero.com, Post del 26 de abril) y, segundo, porque es
una solemne mentira y el Gobierno de Canarias está aplicando la norma que
liquida el derecho a una sanidad universal al pie de la letra.
Por si no fuese
suficiente ilustrativo el caso de Alessandro, el siguiente es un mapa elaborado
por Médicos del Mundo. Las Comunidades Autónomas que aparecen en verde son las
que no están aplicando el Decreto-Ley; las que están en amarillo han arbitrado
alguna medida administrativa para garantizar la asistencia sanitaria a todas
las personas; las de color rojo, entre las que se incluye Canarias, han dejado
sin este derecho a las personas afectadas por la nueva norma. Canarias es,
además, la única de entre las que están aplicando el Decreto que no está
gobernada por el PP.
Esta tierra,
gracias a sus gobernantes, lidera las estadísticas sociales negativas del
Estado: mayor tasa de paro, mayor índice de pobreza, mayor fracaso escolar,
salarios más bajos, mayores listas de espera sanitarias, régimen electoral
menos democrático, mayores beneficios fiscales para la patronal. Y ahora
también líderes en insolidaridad. Una tierra única donde los excluidos han
sido, como virus, definitivamente expulsados del sistema.