Dejando de lado su exquisito dominio del inglés este hombre nos va a volver locos. Habla siempre con tanta seriedad que pretende sentar cátedra. Parece que su lengua la mueven los dioses que, de paso, lo agraciaron con un saber enciclopédico. Desde que lo nombraron ministro está desparramado como un vertido de petróleo en un océano. El vídeo es una clase magistral de geografía absurda, de geopolítica del disparate; disparate, del que por cierto, culpa a alguien en su conferencia. Según el ministro de Repsol, el meridiano de Greenwich pasa por Canarias de toda la vida. Bueno, en realidad desde 1844 cuando, según la cronología soriana, todos los países del mundo (sic) se reunieron en Washington y decidieron establecer esa línea como el meridiano cero. Todos los países del mundo fueron veinticinco y la conferencia de Washington tuvo lugar cuarenta años más tarde, en 1884. Solo por esos fallos un alumno difícilmente aprobaría Geografía en el bachillerato, pero en España llega a ministro y se queda cobrando un sueldo de por vida.
Este hombre, a pesar de su pronunciación y de su rostro mal encarado, parece que es canario. Una cruz que sobrellevamos como podemos y es que, como dice un amigo, tiene que haber de todo. Este hombre debe de tener docenas de asesores que cuidan de él, le preparan sus discursos, le trazan la raya del pelo como un meridiano y le eligen las camisas. Este hombre es el que más mea en asuntos industriales y turísticos y dicta las órdenes que afectan a casi el cincuenta por ciento del Producto Interior Bruto de un Estado que está en el G20. Este hombre no duda, sino sostiene que el meridiano de Greenwich pasa por Canarias y además nos advierte que por mucho que nos empeñemos en que no pase por Canarias, el meridiano seguirá pasando. Es lo que tienen los meridianos, que son morrúos y no atienden a razones.
El meridiano de Greenwinch sale del Polo Norte y tira para abajo; pasa, a no ser que Soria lo discuta, por Greenwich; atraviesa sigiloso la Península Ibérica por la provincia de Huesca y otros lugares y sigue su feliz camino por África continental; se da un chapuzón en el Atlántico meridional y va a tener al Polo Sur. A no ser que Canarias esté en el Monte Perdido o en Togo y no nos hayamos enterado, el meridiano cero no nos roza desde que unos desalmados nos los robaron del Faro de la Orchilla. También puede ser que a Soria, que ya tiene unos añitos, se le quedara impreso en su memoria aquel cuadrito que nos aupaba no sé cuántas latitudes y nos situaba al lado de las Baleares en el mapa del tiempo. Lo mismo ese hombre cree que estamos allá arriba. Pero no puede ser porque si no se opondría a las prospecciones petrolíferas como se opone el PP de Baleares y de Valencia.
El caso es que, si visualizan el vídeo, observarán cómo Soria imparte dogma sobre algo tan elemental y se permite insultar a la inteligencia en general y a la cordura en particular de manera meridiana. No es un desliz, es una sobredosis de arrogancia. Pero lo que más asusta es que si miente públicamente y con tanta soberbia con algo tan demostrable ¿cómo creer a un ministro que nos jura con igual vehemencia que Repsol nos hará eternamente felices?