Una multinacional es una
empresa que se sitúa por encima de los estados y gobiernos. Carece de patria y
de escrúpulos y junto con otras multinacionales y las entidades financieras
forman el verdadero poder del mundo. Son los dueños del capital y sueñan con
acumular más capital. Sus beneficios y su poder dan para mucho: si tienen en
sus nóminas ocultas a ministros, ¿cómo no iban a tener en nómina a los medios? Hace apenas dos semanas dos
directivos de Repsol se reunieron con los directores de varios medios de
persuasión de Gran Canaria y Lanzarote. Y de repente los medios comenzaron a
publicar la agenda propagandística de Repsol. Unos medios disimulan más que
otros, aunque casi todos se están prestando a hacerle el trabajo
propagandístico a la multinacional en su empeño de convencernos de que Dios
existe y habita bajo las aguas de Lanzarote y Fuerteventura. De todos los
medios que nos persuaden en Canarias, La Provincia se llevaba la palma en el curso
acelerado de cómo se crea una opinión petrofílica.
El 7 de marzo, dos días
después de la reunión de los directivos de Repsol con los responsables de La Provincia, este
periódico publicó el siguiente titular: El petróleo podría generar 52.000
puestos de trabajo. Y se quedaron tan panchos. Repsol, según sus
propias fuentes, no tiene en plantilla más de 40.000 trabajadores en sus
instalaciones en cuatro continentes. Pero según La Provincia sus
perforaciones en busca de nuestro petróleo crearían más de 50.000 puestos de
trabajo. Algo no cuadra. Puede ser que La Provincia crea que para sacar su petróleo nos
organizaremos con chalanas, mirafondos y pandorgas y así, al golpito, harían
faltan tantos operarios. A estas alturas todavía estamos esperando una
rectificación del periódico por mentir, con las cosas de comer, a una población
que sufre la mayor tasa de personas paradas de Europa.
Al día siguiente La Provincia publicó el
siguiente titular: Repsol descarta las plataformas y usará barcos para
extraer petróleo en las Islas. El titular no dejaba de ser enigmático
puesto que los riesgos de vertidos no disminuyen -incluso es probable que
aumenten- utilizando barcos para extraer el petróleo. ¿Habría dado un giro
sensato el periódico? La respuesta la obtuvimos en un nuevo titular al otro
día: Los empresarios portuarios ofrecen La Luz como centro de operaciones de Repsol. El
cuerpo de la noticia nos confirmaba, ante nuestro asombro, que somos una
potencia de la ingeniería naval, rama de astilleros, subsector de cascos,
especialidad en petroleros. Y allí estaba nuestro intrépido reportero al
servicio de Repsol pidiéndoles la opinión a los empresarios, esa casta
autóctona que vive de las subvenciones y que lo mismo le da que la pasta venga
de la RIC, de
Europa o de Repsol con tal de que las perras se las mamen ellos.
El mismo día, el mismo
periódico, el mismo reportero, con la misma alevosía, publicaba que La
existencia de gas ahorraría a las Islas una regasificadora. La noticia,
nuevamente, se basaba en una única fuente: Repsol, tu mejor compañía. Los datos
claritos: un gaseoducto conectaría directamente desde los pozos hasta una
planta de tratamiento en Canarias. La inversión sería de 457'4 millones de
euros de los que 183 millones se quedarían en las islas. Lo tienen todo
organizadito. Salvo un detalle: la propia compañía desconoce si encontrará gas.
Jueves, 15 de marzo. Otra
vez La Provincia
da una lección de imparcialidad: La
industria canaria crecería un 3% con el petróleo. La frase fue una de
las joyas que el profesor de Análisis Económicos de la Universidad de La Laguna, Francisco Ramos
Leal, dejó en una conferencia - debate en la Cámara de Comercio de Fuerteventura. En el debate
participó otro ponente: Gilberto Martel, técnico del Instituto Tecnológico de
Canarias, cuyo análisis deparó lo que todos sabemos o intuimos, pero con datos:
que no habrá beneficios sino altos riesgos. De su intervención, el enviado
especial del comando periodístico de Repsol no escribió ni una letra. Por
cierto, que tras el repaso que Gilberto Martel le dio a los argumentos endebles
del economista, este confesó que si viviera en Lanzarote o Fuerteventura
también se opondría a las prospecciones. De eso, La Provincia no escuchó, no
vio, no publicó nada. Si quieren seguir desinformados continúen atentos a los
titulares de La
Provincia. Una gentileza de Repsol.