domingo, 2 de septiembre de 2018

Lo mismito que aquí (El Valle del Coa y Tindaya)

Grabado de cabra. Símbolo del Parque Arqueológico del Valle del Coa.

Hace casi veinte mil años hacía mucho frío (la última glaciación finalizó hace aproximadamente once mil años) y esta circunstancia determinaba la vida. Los grupos humanos recorrían los territorios buscando las zonas más idóneas para establecerse, lugares donde las condiciones ecológicas les suministraran abrigos temporales, animales y agua permanente.

El Coa es un pequeño río que, tras recorrer ciento treinta kilómetros, desemboca en el Duero, en el noreste de Portugal (foto 1). 

1. Río Coa.

Cerca de su unión con el Duero se encuentra la pequeña ciudad de Vilanova de Foz- Coa rodeada de un paisaje agrícola de viñas, olivos y almendros, su principal motor económico. A pesar de su latitud septentrional esos cultivos son posibles gracias a un sorprendente microclima mediterráneo (foto 2).

2.- Entorno del Valle del Coa.

Ese singular clima fue una de las razones que permitió el asentamiento continuado de varias comunidades humanas durante el paleolítico superior. Y esas comunidades dejaron en las orillas del Coa toda una impresionante muestra de eso que se ha dado en llamar arte rupestre y que, en la actualidad, está considerada como la más numerosa muestra del arte paleolítico de Europa.


La lucha (ganada) contra el monstruo

Los grabados rupestres del Valle del Coa son conocidos, al menos, desde 1991. En 1994 un joven arqueólogo constata la presencia de motivos zoomórficos en algunas rocas de la conocida como la Cañada del Infierno de clara adscripción paleolítica. El “descubrimiento” fue fruto del estudio encargado por el Instituto de Patrimonio Arquitectónico y Arqueológico portugués con el objeto de conocer los valores arqueológicos de la zona y buscar soluciones para su salvaguarda, amenazada por un viejo proyecto que, por fin, estaba comenzando su andadura.

El proyecto databa de 1949. Se trataba de construir un gran embalse en el río Coa para poder generar energía a través de una instalación hidroeléctrica. Después de varios intentos infructuosos la empresa EDP (Energías De Portugal) se hace con el proyecto e inicia las obras en octubre de 1994.

La EDP es una de las mayores empresas eléctricas de Europa y monopoliza el suministro eléctrico de Portugal. También está implantada en Brasil, se ha diversificado hacia uno de los sectores más productivos en las últimas décadas, las telecomunicaciones, y cuenta con una plantilla de aproximadamente doce mil personas. Surgió en 1975 fruto de la nacionalización de trece empresas del sector en Portugal. En 1991 cambió de empresa pública a sociedad anónima, comenzando un inevitable proceso de privatización dictado en Portugal y en el resto de Europa por los defensores del neoliberalismo. No se trata pues de una pequeña empresa local sino de un enorme monstruo generado por el poder que trasciende fronteras y traspasa cualquier límite ético en la búsqueda de beneficios.

La empresa tiene prisa en construir el embalse y no espera a que el estudio arqueológico emprendido finalice para comenzar las obras. Un mes después, el descubrimiento de nuevas rocas con enormes grabados rupestres da testimonio de que el enclave que iba a ser inundado por el embalse revestía un valor hasta entonces desconocido. El arqueólogo Nélson Rebanda, que realizaba el estudio y que había encontrado los nuevos grabados, tiene la habilidad de invitar a que visitara el lugar a un representante de la Federación Internacional de Organizaciones de Arte Rupestre. Éste realiza una denuncia que trasciende a la prensa internacional. La UNESCO reconoce la enorme importancia del enclave al que se considera como “la mayor estación paleolítica al aire libre de Europa y probablemente del mundo”.

Pero la solución aportada por la UNESCO era coincidente con los criterios empresariales aunque camuflada de protección patrimonial: aseguraban que sumergir las rocas grabadas -gracias a la construcción de la presa- significaba ponerlas a salvo de los actos de vandalismo. A cualquier persona con dos dedos de frente y un poquito de vergüenza este criterio le envenenará la sangre. Pero no hay que irse hasta Portugal para escuchar y leer semejantes sandeces. Desde el Gobierno de Canarias o desde el Cabildo de Fuerteventura se sigue defendiendo que la mejor manera de preservar la estación de grabados rupestres de Tindaya es llevar a cabo la idea de Chillida de agujerar la Montaña con un cubo de cincuenta metros de lado.

Ante las críticas de los colectivos de arqueología de Portugal que defendían la paralización de las obras del embalse, se improvisaron las más disparatadas propuestas: trasladar los grabados a un museo; realizar réplicas de todos los grabados o (no es ninguna broma) construir pequeños submarinos que permitieran la contemplación de los grabados sumergidos.

La polémica llegó al Parlamento portugués gracias a la enorme campaña popular en la que participaron grupos de estudiantes que acuñaron el lema “Los grabados no saben nadar” y llevaron a cabo una multitud de acciones que permitieron la divulgación y denuncia pública de lo que estaba pasando (foto 3).

3. Uros y otros animalitos salvados de la muerte por ahogamiento institucional.

Como comprenderemos esta defensa patrimonial contó con el rechazo de gran parte de la población de Vilanova de Foz Coa y de toda su comarca que veía en las obras del embalse y en la construcción de la hidroeléctrica una salida al desempleo y que auguraban una perspectiva de negocios futuros muy productivos. De esta forma los grupos ecologistas, profesionales de la arqueología y estudiantes se convertían, gracias a las campañas mediáticas impulsadas por la EDP, en los enemigos del pueblo.

La lucha en defensa del Valle del Coa era una carrera a contrarreloj. Las obras continuaban cuando en abril de 1995 se organizó un mega campamento en Vilanova donde participaron jóvenes de todo el país. Se celebraron numerosos debates públicos en Lisboa, Oporto o Braga y cientos de artículos fueron publicados. Poco a poco la enorme campaña popular hizo que la opinión pública se decantara mayoritariamente a favor de paralizar las obras del embalse.

En Octubre de ese año hubo elecciones en Portugal. Ganó el Partido Socialista y su primer ministro, el actual secretario de la ONU, Antonio de Oliveira Guterres, confirmó en su discurso de investidura el cese de las obras y el abandono definitivo del proyecto hidroeléctrico. Una de las estaciones de grabados más importantes del planeta se había salvado (foto 4).

4. Un río que explica los grabados. Unos grabados que explican la vida del río hace miles de años.


La vida contada en las rocas

Así pues a finales de 1995 se paralizan las obras. En 1996 se constituye el Parque Arqueológico del Valle de Foz-Coa; en 1998 se declara Patrimonio de la Humanidad. Lo mismito que aquí. Un pequeño recordatorio: el Cabildo tiene prohibidas las visitas a la Montaña desde hace siete años a través de una medida cautelar ya sobrepasada y por lo tanto ilegal; mientras tanto la falta de vigilancia hace que el deterioro de la estación de grabados rupestres sea lamentablemente constatable. Por otro lado ese mismo Cabildo y el Parlamento de Canarias (CC, PSOE y PP) rechazaron iniciar los trámites para declarar la Montaña de Tindaya como Patrimonio de la Humanidad en un gesto con escasos precedentes mundiales.

Poco a poco se han ido sucediendo los estudios y acciones tendentes a conocer, divulgar y gestionar el enorme espacio arqueológico del Valle del Coa. Centenares de rocas con miles de grabados han sido descubiertos en los márgenes del río y en cañadas y lomas adyacentes. Gracias a una reciente datación se ha podido confirmar lo que ya se presumía por los motivos y técnicas empleadas para la realización de los grabados. Como mínimo se constata la presencia de grupos humanos hace 18.000 años.

Los motivos grabados representan, casi exclusivamente, grandes animales: uros, caballos, ciervos, cabras y en menor medida peces (fotos 5, 6, 7, 8 y 9 ). 

5. Panel con équido y càprido. 

 6. Diferentes especies compartiendo panel.

7. Cérvido macho enorme. Tamaño casi natural. 

8. Uro, grabado con técnica incisa.

9. Extraordinario grabado de dos équidos que entrelazan sus cabezas. Realizado por la misma persona refleja posiblemente un cortejo.

Existe alguna excepción como la figura de un hombre realizada con gran realismo en el momento de una eyaculación (foto 10). 

10. Extraordinario grabado de un hombre en pleno orgasmo. Difícilmente fotografiable dada la debilidad de sus trazos y por hallarse superpuesto a la figura de un uro.

Las figuras de animales también tienen algunas particularidades difícilmente apreciables en otros lugares. Algunas de ellas son enormes, casi de tamaño natural, por lo que en los momentos inmediatos a su ejecución su contraste cromático permitiría su visualización desde la otra orilla del río (foto 11);

11. Enorme y majestuoso cáprido.

otras figuras, especialmente algunos caballos, parecen tener varias cabezas para un solo ejemplar, lo que ha sido considerado como un intento de dotar de movimiento a las figuras representadas (foto 12). Las técnicas utilizadas fueron diversas utilizándose a veces varias en un solo grabado. En general se incide sobre la silueta previamente piqueteada.

12. Équido con tres cabezas. Posiblemente en un intento de dotar de movimiento a las figuras. Más abajo se percibe la silueta de otro équido.

Otro aspecto interesante de estos fabulosos paneles es que fueron realizados con utensilios de sílex que han sido hallados en el entorno. Este hecho implica el contacto y relaciones de diversos grupos humanos a lo largo de la ocupación del Valle puesto que el lugar de extracción de sílex más próximo se encuentra a más de doscientos kilómetros de distancia.

Para poder ver los grabados hay que concertar una visita guiada en el Museo de Coa, inaugurado en 2010 y merecedor de varios premios de arquitectura (foto 13). 

13. Museo del Parque Arqueológico del Valle del Coa.

Solo se pueden visitar tres de los lugares del Parque Arqueológico: la Ribeira de Piscos, Penascosa y Canada do Inferno. Cada una de las visitas dura aproximadamente algo más de dos horas de las que 45 minutos son empleados para los traslados en todo terreno hasta llegar a las zonas establecidas. Los trayectos no se hacen monótonos gracias a los magníficos paisajes y, sobre todo, a las buenas explicaciones de la persona que hace de guía que te introduce en las consideraciones generales del entorno en el paleolítico superior o sobre aspectos etnográficos, culturales y económicos de la comarca. Cada vehículo tiene siete plazas por lo que la visita a los paneles con grabados es casi personal. Son guías cualificados, dominan varios idiomas y no le sueltan a los visitantes una lección aprendida; interactúan con ellos y se adaptan a sus edades e intereses (foto 14).

14. Un (magnífico) guía, explicando con cariño nuestro origen como especie.


Un apunte más. A esos yacimientos no se puede acceder libremente. Al llegar a sus proximidades existe un vigilante que acompaña -física o visualmente- a los diferentes grupos y que solo permite el paso a los vehículos y guías del Parque Arqueológico. Igualito a lo que pasa en la mayoría de yacimientos canarios, como en la Montaña de Tindaya.


La gestión que no se hace en Tindaya

Hemos visto algunas concomitancias entre la batalla del Coa y la lucha por la defensa de Tindaya. Ambos son lugares emblemáticos con numerosos yacimientos arqueológicos al aire libre donde sobresalen las magníficas estaciones de grabados. Ambos fueron amenazados por dos grandes proyectos que cuestionaban su pervivencia. Ambos fueron impulsados por los poderes políticos y empresariales. Ambos fueron relanzados con poderosas campañas mediáticas que pretendían contaminar, desinformando, a la opinión pública. Ambos encontraron la resistencia, desde sus inicios, de profesionales de la arqueología y de sectores conscientes de la ciudadanía que contaba con argumentos y razones más que convincentes para exigir su abandono.

Pero también cuenta con importantes diferencias. La batalla en defensa del Coa se ganó y se actuó con celeridad. Ya lo hemos visto: paralización de las obras, declaración del Parque Arqueológico, declaración de Patrimonio de la Humanidad, estudios y congresos sobre sus valores, creación del Museo, vigilancia y divulgación.

La lucha por Tindaya no ha concluido. No ha existido una retirada oficial del proyecto que amenaza a la Montaña. Pero, sobre todo, no se ha hecho absolutamente nada por parte de las administraciones para su estudio, custodia y divulgación.

La gestión antes resumida del Parque Arqueológico del Valle del Coa se puede traducir en algunos datos. El Museo recibe unas 45.000 visitas anuales; cada entrada vale 6 euros. Se realizan unas 15.000 visitas guiadas; cada persona paga 15 euros por ruta visitada. Esos ingresos (medio millón de euros al año, más los aportados por la tienda del museo y por su restaurante y cafetería) permiten el mantenimiento adecuado de los grabados y ha supuesto la creación de medio centenar de puestos de trabajo directos.

Los puestos de trabajos indirectos y el volumen total de economía que genera en la comarca no están cuantificados pero son fácilmente perceptibles. Se han creado numerosos alojamientos locales y la casi mayoría de visitantes de la ciudad de Vilanova de Foz-Coa lo hacen por ser la localidad más cercana para las visitas. Los grabados rupestres han sido integrados en el mobiliario urbano (fotos 15, 16 y 17) 

15. Calle peatonal central de Vilanova de Foz - Coa


16. Detalle de una acera de la ciudad.


17. Farolas en el centro de Vilanova de Foz - Coa

o en los negocios privados (foto 18). Pero quizás el valor (incalculable) más importante haya sido verificar el cambio de percepción que la sociedad del lugar ha tenido con respecto al patrimonio arqueológico. Posiblemente queden reticencias y nostálgicos del embalse que nunca fue, pero la ciudad y la comarca han hecho suya, con orgullo, la certeza de contar con un espacio único.


                                      18. Interior de un restaurante de la ciudad, decorado con motivos paleolíticos.

Es obviamente una visita altamente recomendable. Pero advertimos que puede ser contraproducente porque luego vuelves a Canarias y a Fuerteventura y te das con la realidad, con la inoperancia y la ignorancia institucional, en toda la frente.

Équido, posible burro, preguntándose angustiado
cómo es posible que veinte mil años después algunos
congéneres suyos estén gobernando en las instituciones canarias.

1 comentario:

  1. Tremendamente interesante. Didacticamente impecable. Muchas gracias. Lo comparto con mucho gusto.

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