miércoles, 16 de febrero de 2011

Me la corta por aquí

Durante una pasada campaña electoral una pintada batió el récord de lo efímero. Duró dos días. La pudimos leer en un muro abandonado de la Avenida de Los Príncipes, enfrente del desaparecido cine Fraga, en la frontera donde el Santa Cruz del postín le cede el puesto a la realidad de los barrios. La pintada fue borrada con pintura impermeabilizante que impidiera la translucidez de su reivindicación. Se llegó a barajar la posibilidad de derrumbar el muro pero dos capas de Titán (especial fachadas) obraron el efecto. La frase insumisa era digna del mayo francés que no tuvimos. Era utópica y comunista, libertina y contestataria; atacaba, por narices, al poder, por eso duró dos días. La mano anónima había escrito: ¡Zerolo, la COCA es de todos! (1)

 Ahora imaginemos una escena: supongamos que por abarcar más de lo que puede, Zerolo -el alcalde de Santa Cruz de Tenerife-, desbordado en una amanecida de carnaval, se plantó delante de una extraña estructura de hierro, una suerte de medusa oxidada por la que se deslizaban osos y tigres, rubias policías, una viuda con liguero, una obispa transgresora y las últimas unidades de una comparsa en retirada. El Alcalde enseguida comprendió el peligro. Atinó a encontrar el móvil y localizó al jefe de obras del ayuntamiento quien, raudo, acudió a la llamada de su jefe. El Alcalde, entonces, hizo esfuerzos por mantener la verticalidad, cerró un ojo, puso su mano, transversal y abierta, delante de su nariz, enfocó la estructura metálica y le ordenó a su jefe de obras: me la corta por aquí.

Más tarde resultó que aquella peligrosa medusa metálica, cebo y trampa para las mascaritas, tenía nombre y hombre. Se llamaba el Sueño de los continentes y su autor era un tal Martín Chirino, Premio Canarias y Premio Nacional de Bellas Artes. Por cierto, la medusa no era una medusa sino una de sus esculturas más emblemáticas. Trascendida la polémica a los medios, Zerolo, agobiado por los problemas internos que la COCA le producen, dio su explicación: “Entre evitar que algún ciudadano sufra un accidente o cortar la escultura, les puedo asegurar que yo como alcalde tengo muy clara la decisión.

Todos tenemos alguna amistad sumamente despistada. Yo tengo una. Mi amiga se suele abstraer en su mundo y suele pasear los domingos por la avenida de Anaga y se recorre de punta a punta -y sin mascarilla- el litoral. Con la habilidad de la costumbre camina sorteando obstáculos mientras lee el periódico. Hace dos días me llamó nerviosa. La recogí herida, la trasladé a urgencias y el asunto, tras largas horas de espera, acabó con siete puntos de sutura, un gran hematoma y un pánico atroz a volver a pasear. Leía, absorta y asombrada, la decisión del Parlamento de Canarias de proponer a Blas Cabrera Felipe como homenajeado en el Día de las Letras canarias. Mi amiga no daba crédito: proponían darle un premio de letras a un físico, eminente y canario, pero físico. Y, justo en ese preciso momento, mi amiga choca contra un mastodonte, vigoroso, sinuoso como su medusa, duro como el hormigón y caro como el padre que lo creó. Sí, mi amiga chocó de frente y con la frente contra el Auditorio de Santa Cruz, ese que Calatrava nos regaló al módico precio de doce mil millones de pesetas para mayor gloria de la burguesía que Zerolo representa. Y mi amiga, vista su preocupación por evitar accidentes entre la ciudadanía, le insta a que acuda con celeridad al lugar de los hechos, que llame a su jefe de obras y que, con el aplomo que le caracteriza, trace la raya que cercene el Auditorio, vamos que le diga a su empleado que lo corte más o menos por aquí.

Y que, visto el interés por la cultura de la clase política canaria -esa que no respeta el arte popular de las pintadas ni las obras de los insignes- le sugiere, con el máximo de los respetos, que ni se le ocurra traer en exposición itinerante el Guernica, que es un cuadro muy grande, una pasada de grande y lo mismo lo contempla el Alcalde en una amanecida y lo corta, en cachitos transversales, para evitar que la mujer que llora con el niño muerto en brazos, el caballo asustado y el combatiente descabezado nos provoquen alguna profunda impresión.


(1) Aclaremos que COCA, además de diminutivo de cocaína, son las siglas de Coalición Canaria, el partido del que Zerolo es uno de sus máximos exponentes. Desconocemos, como es obvio, el sentido que le quiso dar a la palabrita quien fuese su autor. Pero, por si las moscas, nosotros nos referimos en este artículo a su connotación política.



4 comentarios:

  1. Un blog muy interesante. ya se 'por donde pasarme cuando venga al centro cultural de mi pueblo para conectarme.. mucho mejor que meterme en las redes sociales!!!

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  2. Joder!!en serio que cortó la escultura?? asi es con dos h**vos, no lo sé xq hace tiempo que no me paso por ahí, si es un montaje está muy bien hecho. Que tipo el super-zerolo este, y ahora además al auditorio lo quieren llamar por el nombre de un ex-presidente, será para re-inagurarlo de nuevo por las fechas que se acercan? podrían dejarlo como el "quíquere" de s/c. Muy bueno el artículo, estaba pensando que al igual zerolo fue el que le dió la idea a chillida pa´cortar la montaña...Bueno, saludos y felicidades por el blog, está muy bien.
    PD: Oye al final salió adelante lo del médico de los corderos?

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  3. Sí, lo que cuenta Jesús es del todo cierto...yo lo he visto con esto ojitos: decapitada cuan Luis XVI.

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  4. Saludos Elías (y demás visitantes de este blog): pues sí, triste y surrealista pero cierto.
    En cuanto al Médico de Los Corderos sigo en ello. Aclaro para la gente que desconozca el tema, que se trata de un personaje de la Fuerteventura de principios del sXX que ha quedado en la memoria colectiva de la gente de esta isla.
    Llevamos realizadas 45 entrevistas. Espero acabar pronto con el trabajo de campo y pasar a la redacción del texto. Tendrás (tendrán) cumplida información.
    Gracias a todos por pasarse por aquí. Jesús

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