Esto que usted ve en la
fotografía no es lo que usted cree. A lo mejor piensa que es un
observatorio hawaiano, o un garaje interestelar, o que a alguien se
le rompió un molinillo de café de los de antes. Si usted tiene esas
visiones es porque no tiene maldita sensibilidad artística.
Esa insensibilidad se le
quitaría si usted fuese político. Entonces comprendería que esa
obra, que van a instalar en el Parque Natural de Jandía, es: Un
complemento para el sol y la playa; un referente turístico de primer
orden; un actractivo importantísimo; una singularidad
arquitectónica, artística, escultórica, turística y ambiental;
una obra que pretende auspiciar un enclave propicio para el
enaltecimiento de la canariedad.
Si usted no se dedica a
la política profesional, no podrá ver todo eso porque no tiene
acceso al restringido mercado de las modernas drogas visionarias. Las
pastillas son administradas cuando alguien lleva un par de
legislaturas con poltrona. Parece ser que entonces ya su cuerpo y su
mente se han adaptado y soportan cualquier exceso. Y, como ya está
preparado, empieza a ver beneficios invisibles, se flipa con la
modernidad, los macroproyectos le excitan y pega usted a decir
tonterías.
También puede ser que
usted no necesite esas drogas porque ya nació con ese punto
ultrasensorial que lo capacita para flipar impunemente y que encima
tenga grupos de adeptos que le rían las gracias. Le pasó a Chillida
con Tindaya y ahora le pasa a Pepe Dámaso con el Mirador de Los
Canarios.
Eso que ven en la
fotografía es una gran caracola. Por dentro tendrá restaurantes,
sala de exposiciones, paneles interpretativos de la naturaleza y
tiendas. En fin, otro centro de consumo. Cuesta (de salida) dos
millones y medio de euros. Pero no se preocupe porque es dinero
público y a usted no le costará nada.
La caracola la
construirán en un espacio protegido, lindando con yacimientos
arqueológicos, en un lugar en el que usted ahora puede ir y verá
gratis la belleza de Cofete. Por favor, no lo haga. Espere a que el
genio nos inspire con su especial percepción y le cobre. Ni punto de
comparación.
A Pepe Dámaso lo
subieron unos políticos hace unos años al mirador y encontró allí
arriba una caracola. Uno de esos políticos, Blas Acosta, ya quiso
hace unos años construir un aeropuerto en el sur de la isla. Pero, a
pesar de tener el título de piloto, no le salió bien la jugada.
Todavía era un simple concejal de Pájara y sus visiones eran leves,
casi transitorias. Ahora el hombre está crecido y ya ve sobres
volando, turistas que se multiplican hasta el infinito, hoteles y
hamacas que le hablan al oído.
Si usted hubiese subido
sin compañía política y sin sensibilidad artística a ese mirador
y hubiese encontrado la caracola, mucho nos tememos que no le hubiese
sacado partido. Lo mismo la acariciaba, le intentaba sacar sonido, le
pegaba la oreja para escuchar el mar escondido o se hubiese
preguntado qué carajo hacía una caracola en aquella degollada. Pero
la encontró un artista y al lado tenía a un político. En el fondo
debemos estar agradecidos porque no se encontró una colilla, ni una
lata de mirinda, ni un condón usado. ¿Se lo imaginan?
Comparto como ves tu punto de vista al 100%, pero lo importante es qué podemos hacer ya.
ResponderEliminarDisculpar, pero sigo sin entender dónde está el problema... si se refieren a que van hacer chanchullos políticos con los euros nuestros, vale totalmente de acuerdo. Lo que no entiendo dónde está el problema, que algo que da valor se instale en un secarral... sí señores y señoras, es un secarral lo mires por dónde lo mires. Los majoreros hemos padecido mucho en el pasado, con lo improductividad de nuestra tierra pero ustedes no tienen ni idea de las penurias. No quiero que mis nietos pasen lo que pasamos cientos de majoreros. El que quiera trabajar la tierra y partirse el lomo, plantando papas, alfalfa, millo... u ordeñando cabras, adelante, pero que nos dejan a los demás vivir. Que no saben ni de lo que hablan porque no lo han vivido.
ResponderEliminar