Torretas de 52 metros de altura.
Durante
estos últimos días la prensa ha ido publicando el listado de
personas afectadas por la nueva Línea de Alta Tensión en
Fuerteventura en uno de sus tramos. Se trata de una línea
que prácticamente cuadriplicará la capacidad de transporte de
energía eléctrica en esta isla (se pasa de un circuito simple de 66
Kv a uno doble de 132 Kv). Para instalar la línea completa se
necesitarán alrededor de trescientas torretas de aproximadamente
cincuenta metros de altura sembradas por el interior de la isla,
desde Corralejo hasta Matas Blancas. Estas infraestructuras,
innecesarias para la población de Fuerteventura, serán instaladas
por el monopolio semipúblico Red Eléctrica Española (REE) y cuenta
con el apoyo incondicional del Gobierno de Canarias y el Cabildo
majorero.
Los
amos
Para
ejecutar este disparate que afectará irremisiblemente a una parte
importante del paisaje de Fuerteventura, la REE actúa como un grupo
de presión que utiliza tácticas de amedrentamiento. Desde que la
población afectada por el nuevo tendido comenzó a presentar
resistencia (presentación de cientos de alegaciones, recogida de
miles de firmas, ruedas de prensa), la empresa envía personajes a
Fuerteventura que parecen salidos de Los Soprano: localizan a
personas con terrenos donde van a ser instaladas las megatorres y les
ofrecen dinero. Esta maniobra se ejecuta individualmente, evitando
que las personas afectadas puedan ponerse de acuerdo en defensa de
sus intereses. Las cifras que ofrecen son ridículas pero juegan con
la necesidad económica, en algún caso imperiosa, de la población.
En todos los casos de los que tenemos constancia el discurso de los
hombres de negro enviados por REE es el mismo: si no aceptan este
dinero (es decir, un acuerdo entre partes) se acudirá a la
expropiación y cobrarán mucho menos.
Sea
por dignidad, sea porque todavía hay gente que ama su tierra, sea
porque tienen que ponerse de acuerdo muchos familiares, la mayoría
de los afectados ha declinado aceptar el chantaje. Es la razón por
la que se han empezado a publicar la lista de personas afectadas para
proceder al levantamiento de actas, paso previo a la expropiación de
sus terrenos.
Los
lacayos
El
poder de REE, como podrán imaginar, es inmenso. Tanto que pone de
rodillas a cualquier gobierno autonómico que se le cruce por el
camino. Es el caso de Canarias, donde el PSOE y CC obedecen
ciegamente a la empresa y le facilitan el negocio. Hace apenas dos
semanas el Gobierno de Canarias declaró de interés estratégico
para Canarias tal salvajada. Esta declaración le permite a la
empresa y a la administración reducir a la mitad de tiempo (y de
garantías) los trámites para sacar adelante el proyecto. Lo del
interés estratégico tiene su propio interés: favorecer a las
empresas actuantes por encima de leyes, territorio y personas. Sirva
como ejemplo que en el mismo saco de barbaridades fue aprobado otro
proyecto imprescindible para Fuerteventura y sus
habitantes: la ampliación del Parque Zoológico Oasis Park de La
Lajita.
Lo
del Cabildo es para echarle de comer aparte. Utilizan la táctica del
desquicio. Desde hace tres años se han celebrado reuniones entre
representantes de los afectados directos (aunque en este caso toda
Fuerteventura está afectada) y representantes del Cabildo, a quienes
se les han entregado las miles de firmas en contra del tendido. La
respuesta: buenas palabras y punto. Pero, todo hay que decirlo, con
estilo. Si uno no está metido de lleno en esta lucha y se guía por
los titulares de prensa (la mayoría emitidos por el gabinete de
prensa del Cabildo) podría sacar la conclusión de que esa santa
institución vela por los intereses de la isla y que se opone a las
pretensiones de la REE. Pero a lo más que han llegado es a pedir,
con la boca chica, que una parte del trazado sea soterrado. No es
oficial, pero como si lo fuese: la compañía le ha contestado a
Marcial Morales que si quiere soterramiento...que lo pague el
Cabildo.
Mientras
tanto, en sus últimas declaraciones, Marcial Morales -que le dice
que sí a Dios y al diablo con la misma rotundidad- ha manifestado
de magnífica noticia que prosigan adelante los
planes de REE.
¿Para
qué hace falta?
Lo
curioso es que no se sabe para qué es necesaria una nueva y
descomunal línea de alta tensión. Red Eléctrica, el Gobierno y el
Cabildo no han podido -o no han querido- dar una explicación
coherente. Empezaron por justificar el nuevo tendido explicando que
la actual línea de 66 Kv (recientemente renovada) no aguantaría un
aumento del consumo. Pero los datos son incuestionables y el consumo
eléctrico ha descendido de manera continuada durante los últimos
ocho años en Fuerteventura. Se ha pasado entonces a otro espurio
argumento. Lo explica el presidente del Cabildo: “La línea de
132 kilovoltios permitirá una mejor penetración desde cualquier
punto a cualquier punto de las energías renovables que van a ser la
apuesta de Fuerteventura para los próximos años”.
Pero los datos vuelven a ser incuestionables. Por un lado, la actual
línea puede soportar hasta el doble de energía de la que
actualmente se genera y se consume en la isla y, por otro lado, ¿de
qué apuesta habla el presidente?, ¿dónde está la planificación
de nuevos centros de producción de energías limpias, renovables y
públicas?
Una
vez más todo depende de los intereses de las empresas eléctricas:
son ellas las que dictaminan la política energética de Canarias
porque ellas son las que obtienen los beneficios. Existe un proyecto
muy poco conocido impulsado por el Gobierno de Canarias y el Reino de
Marruecos. Se llama Intermacan y, en esencia, se
trata de conectar energéticamente Canarias con Marruecos. Es una
conexión desigual: En Tarfaya se instalará una enorme central de
energías renovables que suministrará (y venderá) la energía a las
islas. Si el proyecto cuadra, Fuerteventura se convertirá en una
mera autopista eléctrica de conexión entre el continente y Gran
Canaria.
Puede
que el proyecto quede sólo en proyecto. Pero que las empresas
eléctricas y las instituciones canarias tienen una agenda oculta es
incuestionable. Tan incuestionable como que Fuerteventura quedará al
margen de un nuevo modelo energético, imprescindible si queremos un
futuro social y económicamente sostenible. Tan incuestionable como
que con la magnífica noticia de que se
va a instalar esta nueva línea de alta tensión el negocio irá para
otros mientras que las trescientas torretas de cincuenta metros de
altura serán para nosotros.
El
Cabildo majorero presentó hace poco un Plan de Embellecimiento de la
isla. Le han puesto hasta un lema: Fuerteventura, te queremos
bonita. En el colmo del cinismo, el Cabildo ha pedido la
colaboración ciudadana. Estos, que van a instalar trescientas torres
gigantescas en la isla, nos piden un compromiso
colectivo para mantener la isla cuidada. ¿Se puede ser más
fariseo?
Tal y como nos prometieron, la isla progresa hacia la sostenibilidad... Vergonzoso. Gran artículo, Jesús. Siempre en lucha!!
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