(Inés Rojas, consejera de Vivienda. Imagen canarias-semanal.org)
El Gobierno de Canarias
divulgó una campaña propagandística en el año 2009 bajo el lema
Tenemos un Plan. En la foto, dos jóvenes -hombre y mujer-
sonreían ufanos; ella enseñaba una llave delicadamente con su mano
derecha, como si mostrara una medalla obtenida en una competición
deportiva; detrás, un bloque de viviendas sin estrenar, la preciada
mercancía. La hipoteca joven canaria los acababa de hacer
felices. Y también los acababa de meter en un tremendo embolado.
La joven pareja había
acudido atraída por un canto de sirena, mitad belleza, mitad
tiburón. No fueron los únicos: miles de jóvenes canarios picaron
en el anzuelo buscando ser propietarios, la máxima aspiración que
se vendía dentro de una burbuja. Daban igual los motivos: había que
vender. La entidad delictiva que gestionaba la Hipoteca Joven
Canaria, la extinta Caja de Canarias, lo tenía claro en su
publicidad: "Si quieres independizarte, aunque no tengas ningún
motivo, te damos la solución".
La Hipoteca Joven Canaria ofrecía algunas ventajas.
La más publicitada era que los compradores se podían acoger a una
subvención de hasta doce mil euros. Pero había trampa, escondida en
la letra chica del contrato. Las subvenciones estaban condicionadas a
la dotación presupuestaria: si había dinero se concedían, si no,
pues a llorar a la marea. Juran las personas afectadas que nadie les
informó de este pequeño detalle. Se acercan a los dos mil. Se
constituyeron en plataforma de afectados y denunciaron públicamente
y ante el Gobierno de Canarias su situación: jóvenes hipotecados
canarios timados por la publicidad engañosa. La plataforma ha
conseguido arrancar un compromiso al Gobierno de Canarias para paliar
sus desdichas. Como para fiarse.
La entidad que gestiona
este Plan es Visocan, una sociedad anónima mercantil pública.
Oficialmente es de todos los canarios y canarias; técnicamente, se
supone, está gestionada por expertos en vivienda; realmente es una
impresentable empresa especulativa que juega con nuestro dinero al
bingo y a otros menesteres inclasificables. Por ejemplo: durante los
años 2008, 2009 y 2010 Visocan activó una acción denominada Plan
de Actuación Especial para la Isla de La Gomera, con unos gastos
acumulados de 1'6 millones de euros. El gerente de ese Plan cobró un
total de 232.928 euros por los tres años, unos setenta y siete mil
euros por ejercicio. Hubo al menos dos gerentes. El sueldo puede
parecer excesivo pero es que las criaturas se lo curraron con un
riguroso trabajo: a cargo a los presupuestos de la vivienda social se
impartieron cursos de pulso y púa en Arure y Playa Santiago, cursos
de bailes canarios en Hermigua, un taller de papel artesanal y
vidrio, cursos de corte y confección y cocina o una subvención de
29.000 euros a los empresarios para la campaña de Navidad de 2009.
También se pagaron varias facturas por recopilar el material
periodístico y fotográfico sobre el alucinante Plan con el fin de
elaborar la memoria. La única relación con la vivienda, no social,
que tuvo ese Plan fue el pago del alquiler de las oficinas y de la
casa del gerente. Su sueldo no daba para tanto.
Pero el capítulo más extraordinario de Visocan es
su inversión en productos especulativos. En el año 2004 Visocan
destinó parte de su dinero, de nuestro dinero (¡cien millones de
euros!) contratando un swap con la entidad financiera Merrill Lynch.
En el año 2010 -en plena crisis- la entidad volvió a contratar
otros dos swaps: uno con el Banco de Santander por 25 millones de
euros y otro con Societé Genérale por 75 millones. En total 200
millones de euros de dinero público invertido en un bicho
indescifrable (el swap es una operación especulativa de alto riesgo
que, según parece, depende de los tipos de interés y del IPC) que
carcome las debilitadas cuentas públicas.
¿Quién coño le ha dado permiso a estos mentecatos
para que el dinero de las viviendas sociales sea invertido en la
especulación financiera? Nadie y todos, es decir, ellos mismos que
dicen son la soberanía popular. Como resultado se han perdido más
de dos millones de euros de la caja común desde el año 2008, porque
el bicho está dando pérdidas. Y, como los swaps están contratados
hasta el año 2019, nos seguirán robando impunemente una media de
más de un millón por año. ¿Saben ya los jóvenes canarios
hipotecados dónde está el dinero desaparecido de sus subvenciones?
Sí, como buena banda de ladrones...hicieron un Plan. Por cierto, el
año pasado Visocan ejecutó un ERE: despidieron a 26
trabajadores...porque no había dinero.
¿por qué no comenta nadie?
ResponderEliminarUn país regido por mentecatos ávidos de dinero mientras la población, mentecata también, ni siquiera está perpleja ante tanta incuria. Es un pais de tontos y entontecidos.
¿Por que no comenta nadie....?
ResponderEliminarPues por que es tal el aluvión de corrupción que nos rodea que estamos en estado de shock.
Y por que todavía comemos caliente.
Salud,
Pau
Da igual esto. Desde hace muchos años, las empresas públicas no presentan su contabilidad al Tribunal de Cuentas y cuando lo hacen, no son aprobadas por barrabasadas como estas, y sin embargo, a nadie le importa nada. Tal vez porque están entretenidos con la "amplia" actividad cultural emitida por la Televisión Canaria. Vivimos en una sociedad en donde los derechos se confunden con dádivas desde el poder/cacique de turno y ya se sabe que es de mal agradecido morder la mano del que te da favores.
ResponderEliminarAuditoria ciudadana YA
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