martes, 30 de octubre de 2012

El señor de los pajaritos


Ocurrió hace dos semanas durante la inauguración oficial de una exposición de canarios de los que vuelan. El Presidente ultraperiférico fue poseído por algún ente paranormal, de ahí que no encontremos explicación racional para su enternecedor discurso. En las redes sociales se apuntan razones más prosaicas: ¡Este estaba fumado!; Paulino... pásame un poco de eso; sin duda estaba asoliado; está bueno el vino de este año ¿eh presi?; ¡ya sé quién me quitó los parches de morfina!; todavía está bajo los efectos de la anestesia de su última operación; y así cientos de comentarios colgados en la red en busca de una respuesta cabal, una anónima muestra de la preocupación de los canarios que no vuelan, por entender al presidente que guía sus destinos.

Paulino, en sus años de presidencia, ha dado muestras más que suficientes de su amor a los animales. Entendiendo que se trata de un asunto de máxima prioridad, el presidente no ha dudado en agarrar el helicóptero y plantarse en ferias de ganado, en exposiciones de perros bardinos, en sueltas de tortugas bobas, en apañadas de cabras, en yuntas de burros majoreros, en actos de liberación de pardelas desorientadas. Pero, que nos conste, en ninguno de esos actos llegó tan lejos como en esta exposición de canarios de postura. Y es que hay veces que el político no puede contener al ser humano que habitó algún día en sus entrañas y una escena bucólica, como unos canarios de postura revoloteando en sus jaulas, despierta algún recuerdo o algún trauma infantil, o termina desenredando algún laberinto onírico atrapado en su subconsciente. Entonces los sentimientos se desparraman, los ojos se enturbian y la oratoria fluye libre porque es el corazón el que habla.

Paulino, en este discurso inolvidable, dijo verdades como templos. Es posible que todo quede sintetizado para la posteridad en la frase No hay nadie más sensible, más solidario, que aquellas personas que están enamoradas y cuidan a los pajaritos. La contundencia y musicalidad de la sentencia hace que su reverberación en nuestros cerebros anule otras partes de la alocución. Pero a Paulino, como a los clásicos, hay que leerlo o escucharlo varias veces y si tenemos paciencia también hay que escucharlo al revés, como los discos de Led Zeppelin o de los Beatles de los que nos juraban los colegas que escondían mensajes satánicos. Por eso otros pasajes pueden quedar oscurecidos por el resplandor que transmiten el amor y los pajaritos. No es justo, porque al final pueden pasar desapercibidos contenidos esenciales para entender los fundamentos del nacionalismo canario ultraperiférico, sobre todo porque sus aportaciones también son formales, empleando unos recursos sintácticos que harían flipar a los evaluadores del informe PISA. Como la parte en la que el Presidente, visiblemente emocionado, explica: Me parece sumamente importante desde el punto de vista por lo que significa una cultura, por lo que significa para nosotros como un elemento identitario canario cuando ponemos en valor por ejemplo...el canario, una cosa de las nuestras.

Todo esto y mucho más dijo Paulino improvisando ante la atenta mirada del presidente del Cabildo tinerfeño, del que no sabemos si se llevó el primer premio de la exposición, porque si hubo algún canario que mantuvo la postura ante el enigmático discurso del presidente -no sin grandes esfuerzos por no echarse unas risas- ese fue don Ricardo Melchior, quien también es una cosa de las nuestras. Paulino, todo hay que decirlo, está intentando llenar el enorme  vacío que le dejó Rita Martín, exconsejera islandesa de Turismo, como improvisadora institucional; la misma que, en un acto de remodelación de la casa de la saga Millares-Sall, se mandó un emotivo discurso sobre la importancia de la sal en la dieta canaria porque nadie le advirtió que Sall era un apellido.

No queda claro, no obstante, si para ser solidario es necesario, al mismo tiempo, estar enamorado y cuidar los pajaritos, o si solo cumpliendo uno de los requisitos podemos acceder al reino de la justicia. La Parábola de Los Pajaritos debe de ser reinterpretada, pulida, perfeccionada. Porque también es duro que, por descarte, alguien a quien le guste los podencos y que la piba lo haya mandado a freír chuchangas no tenga sitio en el mundo de los justos.


2 comentarios:

  1. Tenemos un Presidente con un solemne rejo cristiano, que es, lo sabemos por el Vaticano, de las ideologías más solidarias y de buen rollito... Paulino es nuestro particular San Francisco que no nos merecemos... Paulino (¡es que no nos enteramos...!) nos echó una ultraperiférica versión de uno de los pasajes más celebrados del evangelio de San Lucas (12. 25-33):

    "Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? 26 Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? 27 ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? 28 ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. 29 Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. 30 Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! 31 No se inquieten entonces, diciendo: "¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?". 32 Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. 33 Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. 34 No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción".

    Sí, hermanos y hermanas en el dolor, somos esos pajaritos de dios a los que dios ha de alimentar... Paulino, presidente espiritual, nos lo recuerda... Su otra labor es alimentar --él directamente, vía presupuestos y emisión de deuda pública-- como es debido a lo ricos... Que de nosotros ya se ha de preocupar dios. Amén.

    Hermosa "Parábola de los pajaritos" del Hermano Paulino, que dios lo acoja en su gloria cuanto antes para descanso de los demás mortales...

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  2. Esto es un señor presidente, el de nosotros, los CANARIOS. La verdad es que nos lo merecemos: entró, de nuevo a la presidencia, por la puerta trasera. Lo peor es que nos representa fuera de nuestras islas. DE PENA.
    Pienso que se cree que somos bobos, pendejos, marionetas, ... Y nadie de las alturas lo para. ES DE PENA.

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