jueves, 9 de junio de 2016

Definición de totorota



Hay hechos que desvelan la ignorancia, actos que dejan a sus actores desnudos, solo arropados por su desvergüenza. En estas situaciones la clase política suele salir mal parada porque el conocimiento (y el fundamento) es inversamente proporcional a los sueldos que ganan. Cuanto más grande es su ignorancia mayores son sus posibilidades de ascender en un ecosistema donde lo importante no es la preparación ni la cultura sino la debida obediencia al jefe de la manada. En este escenario político plagado de gente incapaz y analfabetos funcionales el Cabildo de Fuerteventura hace méritos constantes para obtener el doctorado en incultura, especialidad en ineptitud.

Debe de ser el primer caso en la historia -desde que la Unesco en 1972 creó la categoría- que una institución rechaza que un espacio del territorio que gestiona sea declarado como Patrimonio de la Humanidad. Mientras ciudades y países luchan enconadamente por entrar en la selecta lista de lugares declarados como Patrimonio de la Humanidad, en Fuerteventura CC, PSOE y PP han votado en contra de la propuesta de Podemos de incluir la montaña de Tindaya en el listado porque consideran que la disparatada idea de un artista muerto supera a la UNESCO, a la humanidad y a las federaciones intergalácticas.

Se da la circunstancia, para mayor oprobio nuestro, que semejantes iletrados votaron a favor recientemente para que una singular cueva de Gran Canaria (Risco Caído) sea designada como Patrimonio de la Humanidad. Estos bárbaros, que tienen incorporados en sus discursos políticos el maltrato sistemático de las islas centrales hacia Fuerteventura, utilizan la institución insular para promover los valores patrimoniales grancanarios porque, según sus livianas entendederas, el patrimonio majorero solo podrá adquirir dimensión internacional cuando un artista vasco pueda cumplir su megalómano sueño desde el más allá.

Pero, por si faltaba algún conejo para enriscar la perra, el presidente del Cabildo ha intentado contarrestar la trascendencia mediática que ha tenido la vergonzosa decisión con un argumento científicamente irrebatible: Brad Pitt, en su reciente visita a Fuerteventura, le confesó que ya tenía situada la isla en su mapa (the Pitt's map) gracias a la obra de Chillida. Desconocemos el nivel de dominio del inglés americano de Marcial Morales pero sabiendo de su capacidad para mentirnos (antes de ser presidente prometió hacer una consulta popular sobre Tindaya) lo mismo el bueno de Brad lo que le preguntó fue sobre el cultivo de la cochinilla. Pensándolo con calma, lo mejor que han podido hacer estos totorotas es votar en contra de que Tindaya sea Patrimonio de la Humanidad: en la UNESCO podrían flipar con nosotros.

1 comentario:

  1. Creo que equivoca usted el tiro al situar el centro del conflicto en insularismos varios. Aquí no hay patrias, el que manda es el dinero (el que los de arriba puedan trincar por debajo de la mesa).

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